La eliminación del control de precios del Instituto Nacional de la Yerba Mate dejó al sector a merced de valores bajos y pagos diferidos. La protesta de los productores fue reprimida y crece el temor al desabastecimiento.
La provincia de Misiones atraviesa una crisis sin precedentes en el sector yerbatero debido a la desregulación del mercado impulsada por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/23 del presidente Javier Milei. La medida despojó al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) de su facultad de fijar los precios del kilo de hoja verde, dejando a los pequeños y medianos productores sin garantías de rentabilidad.
Desde febrero, el conflicto escaló con nuevas protestas. Los yerbateros denuncian que los molinos y secaderos pagan valores que no cubren los costos de producción y en plazos de hasta 90 días, lo que amenaza la continuidad de la actividad. A pesar de un acuerdo previo de $450 por kilo alcanzado en diciembre, las grandes empresas incumplieron con el compromiso, profundizando el descontento en el sector.
La crisis se agravó con la apertura de importaciones de yerba desde Brasil y Paraguay, lo que desplomó el precio de la hoja verde. En cooperativas, la zafra comenzó con un precio de $400 por kilo, pero en el mercado bajó a $150. La falta de rentabilidad llevó a muchos productores a suspender la cosecha, mientras que el INYM, paralizado por la falta de designación de autoridades, no ha podido intervenir.
El descontento derivó en bloqueos de rutas y un tractorazo en San José, donde la Infantería provincial desalojó violentamente a los manifestantes, con detenidos y secuestro de maquinaria. Representantes del sector advierten que la continuidad del DNU impide fijar un precio justo, dejando a los productores al borde de la quiebra.
En un escenario de incertidumbre, los trabajadores del sector advierten que marzo será un mes clave. Si los productores reducen la cosecha, el precio podría subir; pero si venden desesperadamente a los valores impuestos por la industria, la crisis se profundizará. “El gobierno liberó el mercado sin protegernos. Nos dejaron a merced de los grandes jugadores”, lamentó un productor de Apóstoles consultado por Tiempo Argentino, reflejando la angustia de un sector que se siente abandonado.