El agasajo se realizó por el aniversario del nosocomio. Mientras en el interior había música, afuera la gente se agolpaba para ser vacunada y otras personas se encadenaban a modo de reclamo laboral.
Una situación insólita, como solo San Ramón de la Nueva Orán puede darnos. Realizaron una festejo en el hospital público San Vicente de Paul para celebrar sus 41 años. No importaron los pacientes, tampoco los reclamos laborales. En el hall del nosocomio hubo música, comidas, bebidas y poco respeto a la situación de pandemia que atravesamos.
La noticia casi no tuvo repercusión en los medios oranenses. En Capital, el portal QPS, tituló: “Mientras festejaban el aniversario del hospital, trabajadores se encadenaron”. Lo que sucedía rozaba el surrealismo. Afuera del hospital una larga fila de pacientes esperaba por vacunas o por consultas. Además una exempleada del hospital estaba encadenada a modo de reclamo. Dentro del hospital, había mariachis entonando “La balada del pistolero”. Sin duda un desatino por parte de la gerenta, Dra. Gladys Laime y el subgerente Dr. Víctor Dip.
“Somos 61 monotributistas los que nos despidieron. Pero estamos encadenados unos 10. El resto se cansaron de estar sin trabajar desde enero”, señaló Eva Sotelo, la trabajadora que se manifestaba en nombre de sus compañeros. Además detalló: “En el mes de marzo del año pasado ingresé a trabajar al hospital sin cobrar sueldo, en agosto me hice monotributo y me empezaron a pagar con atrasos como así también a mis compañeros que trabajamos en varios sectores del COVID”.
Pero no todo fue festejo en el interior del hospital. También hubo voces disidentes. Una de ellas fue la de la trabajadora de la salud Ramona Riquelme, quien en un momento interpeló a las personas que se reunían para festejar en el hall, señalando lo errada que era esa decisión administrativa. La única respuesta que obtuvo fue que le subieran a la música tratando de silenciarla. Una persona grabó el momento y lo subió a las redes.
