El decano de la Facultad de Humanidades de la UNSa estuvo en Cuarto Oscuro (FM Capital 97.7) y habló de las elecciones universitarias. “Necesitamos una universidad que debata por la ampliación de derechos”, aseveró quien busca su reelección.
“Nuestro grupo político, nuestra lista, se cobija en Humanidades en el Norte Grande. Nuestra gran apuesta es la regionalización académica, que se cree un espacio de cooperación mutua. Lo vamos logrando, ya hemos creado una red que integran diez universidades”, explicó el decano de la Facultad de Humanidades.
En cuanto a su reelección, expresó: “Queremos sostener este espacio y potenciarlo, porque una facultad aislada quedaría menoscabada en términos políticos”. Durante su primera gestión, rememoró, se fortalecieron la educación en contextos de encierro, programas para estudiantes trabajadores y con personas a cargo, y acompañamientos a los debates sobre los derechos de las mujeres.
Puesto a opinar sobre la campaña electoral en la UNSa, Ruidrejo indicó: “Hubo una gran demora en la definición de las candidaturas y luego una multiplicidad que en muchos casos asombra. Hay cuatro listas para el rectorado y facultades, como la nuestra, que tienen tres listas”.
Sobre la lista que apoya a nivel rectoral, el filósofo afirmó: “Tenemos una apuesta al rectorado que es la propuesta de Mónica Moya y Cecilia Gramajo. Es una lista que evidencia la necesidad de ciertos posicionamientos políticos que vayan más allá de la administración y la gestión económica”.
Ante la consulta sobre si la disputa con Catalina Buliubasich no desampara a una gran parte del electorado, que quedaría como “hijo con padres divorciados”, Ruidrejo fue contundente: “Nosotros creemos en la mayoría de edad”.
Idea de universidad
Consultado por su mirada sobre la universidad actualmente, expresó: “El mundo está atravesando un proceso donde la educación superior es objeto de un profundo interés para los organismos financieros internacionales. Eso hace que los créditos estudiantiles formen el segundo mercado más importante, en términos financieros, en Estados Unidos”.
Consideró, entonces, que “allí donde había un derecho se impone una deuda”. Acotó al respecto que “eso choca de frente con el derecho a la universidad, amenazado por los diagnósticos de educación superior que hacen esos organismos internacionales”.
Por último, valoró: “Debemos recuperar la memoria sobre los modelos de la universidad argentina como referencia en la región y también como modo de disputa por lo público”.
“Necesitamos una universidad que debata por la ampliación de derechos. Estamos en la construcción de un frente político en la región, el Norte Grande, que radicalice estos debates”, finalizó.
