miércoles 24 de septiembre de 2025
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Alarmante | Habitantes de barrios populares en Argentina mueren 11 años antes que el promedio nacional

Un estudio revela que la expectativa de vida en estos sectores es de 60 años, mientras que la población general alcanza los 71. La investigación compara la situación actual con la de los conventillos de 1914.

Un estudio del Centro para la Integración Sociourbana (CISUR) determinó que las personas que viven en barrios populares mueren, en promedio, 11 años antes que el resto de la población argentina. La investigación estableció que mientras la población general del país muere en promedio a los 71 años, en los barrios populares el promedio de edad de fallecimiento es de 60 años.

El trabajo se basó en datos oficiales del Censo Nacional 2022, registros de defunciones del Ministerio de Salud y los relevamientos del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap). El análisis identificó enormes diferencias en la composición demográfica y la edad promedio de fallecimiento en los barrios populares comparado con las estadísticas de la población general.

La comparación histórica resulta contundente: la pirámide poblacional de los barrios populares en 2022 se asemeja a la del Censo Nacional de 1914, cuando Buenos Aires crecía sobre la base de conventillos hacinados y viviendas precarias sin cloacas ni agua corriente. El estudio señala que más de un siglo después esa misma postal se repite, mostrando que la vejez sigue siendo un privilegio al que pocos acceden.

El informe identifica un triángulo de desigualdad entre las condiciones habitacionales, el acceso a la salud y la precariedad laboral que afecta la trayectoria de vida y muerte de quienes habitan estos barrios. Si bien no establece una relación causal única, el documento expresa de manera extrema la situación de desigualdad que atraviesa a estos sectores.

Según publicó Tiempo Argentino, el informe concluye que «en el actual contexto de ajuste presupuestario los hallazgos son un llamado para comprometerse y transformar esta situación, para que no se convierta en una sentencia de muerte para millones de argentinos y argentinas. Con inversión sostenida, planificación estatal y acceso a derechos básicos, la brecha de años de vida puede reducirse».

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