En la columna semanal de género que realiza la abogada Laura Postiglione para el programa radial CUARTO OSCURO (FM La Cuerda 104.5), esta ocasión se detuvo a reflexionar sobre un hecho policial que conmocionó a la zona este de Salta Capital en los días pasados: el hallazgo del cadáver de una mujer al costado de RP 26 en lo que primero se conjeturó podría ser un femicidio, pero terminó siendo una muerte vinculada al narcotráfico.
La víctima, en este caso se llama Yolanda y era de nacionalidad boliviana. Así lo recordó al inicio de la columna Postiglione. «Me sorprendió mucho al conocer la noticia que se destacaba que el cuerpo no presentaba signos de violencia. Luego se dio a conocer por parte de la fiscalía que había muerto por la explosión de unas cápsulas que había tragado y en las que llevaba cocaína. Por esa razón fue abandonada al costado de la ruta conocida como camino a La Isla».
Luego señaló: «Ustedes digan si esto no es de una violencia extrema. Yo, la verdad, creo que sí. Que esta situación a la cual son llevadas muchas mujeres no solo en Argentina sino en todo el continente, participando de estas redes de narcotráfico como lo que pasó con esta mujer que evidentemente no hacía este traslado de drogas sola, sino que iba con esta gente que la dejó al costado de la ruta».
«Estas mujeres cumplen roles subalternos en estas redes. Son prescindibles y hasta se llega a considerar que son sacrificables», se lamentó luego Postiglione. «Son el eslabón más débil de una cadena que ni siquiera nos imaginamos hasta dónde llega ni quiénes son los líderes de este tipo de organizaciones que trafican no sólo con drogas», acotó.
Además, la abogada recordó que en las cárceles argentinas hay muchas mujeres presas, que si bien no corrieron con el mismo trágico destino de Yolanda, tienen que cumplir condenas por cumplir roles menores, como el caso de las llamadas «mulas». En ese sentido señaló un artículo de la Revista Anfibia donde se presenta a estas mujeres como víctimas de trata de personas. Así, recalcó que en muchos casos sus «captores» las eligen por el contexto de vulnerabilidad social en el que se encuentran. De esa forma son cooptadas por el mundo narco con una promesa de dinero fácil, aunque muchas veces eso pueda significar riesgos como perder la vida.