Jueces de distintas jurisdicciones dictaron sentencias contra agresores sexuales. Las penas van desde tres hasta doce años de prisión, dependiendo de la gravedad de los delitos y las circunstancias agravantes.
En un caso particularmente impactante en Orán, un padrastro de 37 años fue condenado a doce años de prisión efectiva por abusar sexualmente de su hijastra de 8 años. El juez Raúl Fernando López lo declaró culpable de abuso sexual con acceso carnal continuado y corrupción de menores agravada. La denuncia surgió cuando la niña reveló los abusos durante una pijamada con sus primas, lo que llevó a una investigación que incluyó el testimonio detallado de la víctima en Cámara Gesell.
En otra jurisdicción, un hombre de 31 años recibió una condena de tres años de prisión condicional por abuso sexual simple continuado contra su ex pareja. El acusado, que había sido detenido en Viedma, Río Negro, deberá cumplir con estrictas reglas de conducta, incluyendo la prohibición de acercarse a la denunciante y someterse a tratamiento psicológico.
Un tercer caso involucra a un hombre de 59 años que fue sentenciado a ocho años de prisión efectiva por abusar sexualmente de la nieta de su pareja, una menor con retraso madurativo. El juez Guillermo Pereyra, además de la pena de prisión, ordenó que el condenado reciba atención psicológica en la Unidad Carcelaria 1.
Estos fallos reflejan la creciente severidad con la que el sistema judicial salteño está abordando los delitos sexuales, especialmente aquellos que involucran a menores de edad o personas vulnerables. Las sentencias incluyen no solo penas de prisión, sino también medidas adicionales como la inscripción en registros de agresores sexuales y la obligación de someterse a tratamientos psicológicos.
Las autoridades judiciales han enfatizado la importancia de proteger a las víctimas y prevenir futuros abusos. En todos los casos, se han implementado medidas para evitar el contacto entre los agresores y las víctimas, así como para proporcionar apoyo psicológico a los afectados.