miércoles 15 de mayo de 2024
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Espionaje a familiares de desaparecidos | El largo brazo de la SIDE durante la dictadura llegaba a Salta

Se recuperaron más de 250 mil fichas de antecedentes y 700 cajas de documentos producidos por espías argentinos. Incluye material que producían los “infiltrados” de la dictadura en los organismos de Derechos Humanos que surgían.

En la documentación hallada en el relevamiento ordenado por la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Cristina Camaño existen documentos referidos a la Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas desde, al menos, 1978. No obstante, hay un informe que se destaca sobre el resto, según consignaron medios nacionales como Página 12.

Se trata de uno elaborado en 1983 y denota que la obsesión de la ex SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado) con la Comisión de Familiares – creada en 1976 – obedecía a despliegue nacional que poseía esta organización de solidaridad a la que los espías denominaban «Familiares de Delincuentes Subversivos».

El informe fechado el 10 de mayo de 1983 hizo un recorrido profundo en los orígenes de la agrupación, sus principales dirigentes, los contactos en el interior y en el exterior, e incluso sus formas de financiamiento y relaciones con la prensa. “En el año 1976 (…) como consecuencia de las detenciones y desapariciones que se producen, el Partido Comunista ofrece a un grupo de familiares que acudían a ellos el local de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) para que se organicen y comiencen a funcionar de forma autónoma. De esta forma se crea la autodenominada ‘Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas’”, arranca el informe de la SIDE que, sin buscarlo, termina confirmando la existencia de los desaparecidos — algo que en otros cables los espías van a definir como “supuestos”.

Según la SIDE, el objetivo de Familiares no era buscar a los desaparecidos o procurar la libertad de los presos políticos, sino “desestabilizar al Gobierno de las Fuerzas Armadas a través de un accionar que se encubre invocando supuestas desapariciones y solicitando la liberación de detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional” y “desacreditar la lucha antisubversiva”, entre otros.

El informe demuestra que los servicios tenían total conocimiento acerca del modo de funcionamiento de Familiares, tanto que es difícil no pensar en una infiltración a ese organismo. Describía que la asamblea era el órgano máximo, que elegía por mayoría simple al Secretariado, integrado por catorce miembros y que funcionaban en distintas subcomisiones (detenidos, obreros, estudiantes, profesionales, periodistas, Relaciones Públicas, Prensa y Propaganda, Finanzas y Solidaridad). La SIDE sabía que los martes a las 19 se reunían con los familiares de desaparecidos y que los jueves a la misma hora se encontraban con familiares de presos políticos.

El régimen militar estaba obsesionado con la cantidad de filiales que tenía a lo largo y ancho del país. “Al mantener el despliegue nacional más amplio entre todas las organizaciones de solidaridad le permite: mantener permanentemente actualizadas situaciones particulares de simpatizantes y adherentes; activar sistemática y coordinadamente desde cualquier punto del país en contra del Gobierno de las Fuerzas Armadas”, diagnosticaban los espías. Según la SIDE, para 1983, la organización tenía nueve filiales en Gran Buenos Aires, cuatro en Buenos Aires y sedes en Santa Fe, Córdoba, Tucumán, San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy, Formosa, Misiones y una conjunta en Neuquén y Río Negro. En el informe, consignaban que Familiares tenía presencia también en Santiago del Estero, Chaco y Corrientes, aunque no sabían dónde funcionaban ni quiénes eran los referentes.

En el informe de base de mayo de 1983, la SIDE listó con detalle actividades de Familiares que iban desde el 29 de abril de 1980, cuando realizaron su plenario nacional y hasta el 10 de diciembre de 1982, cuando participaron de la Marcha de la Resistencia.

Los documentos encontrados en la actual AFI parecen confirmar una sospecha que recorría como un fantasma a las organizaciones de derechos humanos y a los militantes en los años del terrorismo de Estado: la correspondencia podía ser interceptada por los servicios y leída. Por si fuera poco, la SIDE tenía su propia agencia de noticias, Saporiti, que funcionaba en Buenos Aires. Hasta allí habían ido los integrantes de Familiares el 16 de julio de 1980 para dejar una convocatoria a una conferencia de prensa que harían dos días después en la sede de la LADH de Avenida Corrientes.

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