Ómicron no da respiro. El país reportó 109.608 casos y 40 nuevas muertes. El desacople entre contagios, hospitalizaciones y fallecimientos indica que las vacunas han hecho su trabajo. La nueva estrategia diseñada por las autoridades sanitarias.
Dicen que toda crisis trae una oportunidad. Algo de ese hay en lo que está ocurriendo. A la explosión de casos le está siguiendo un mayor ritmo de inmunización entre personas que se oponían o tenían reparos con las vacunas.
No obstante, los casos se disparan y lo que las autoridades evalúan un cambio con respecto a picos pasados: antes la presión recaía sobre las terapias intensivas y en la actualidad se traslada al sistema de testeo. Por este motivo, desde la cartera sanitaria que administra Carla Vizzotti, en acuerdo con las autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones reunidas en el Consejo Federal de Salud se resolvió un cambio sustantivo: los contactos estrechos de las personas que hayan dado positivo no deberán hisoparse para chequear su situación sino que directamente deberán aislarse. Ante la elevada circulación viral, aseguran los especialistas, la confirmación puede establecerse por nexo clínico y epidemiológico. De esta manera, se procura evitar el colapso de los centros de testeo.
“Las interminables filas en los centros de testeo también empujaron a otro cambio medular: la aprobación de los autotest elaborados por los laboratorios Abbott, Roche, Vyam Group y Wiener. Resistidos por algunos profesionales de la salud y por referentes del campo científico, lo cierto es que podrían funcionar como una herramienta para descomprimir los centros de diagnóstico. Tras la autorización realizada por Anmat, se prevé que en dos semanas estén disponibles para la compra en farmacias” destacó en su edición de hoy el diario Página 12 para pincelar el otro cambio adoptado por las autoridades sanitarias.
Lo último sí genera una preocupación en las autoridades: la trazabilidad de estos controles, es decir, que el resultado de ese testeo pueda ser reportado al sistema de salud. Ricardo Pesenti, protesorero de la Confederación Farmacéutica Argentina (Cofa), lo explicó de este modo en una entrevista radial: «Cuando dispensamos un test vamos a recabar datos básicos del paciente que los va a utilizar, lo vamos a asociar a un número de serie que va a tener cada una de las cajitas y le vamos a dar cada uno de los pacientes un código QR». Y agregó: «Cuando el paciente se haga el autotest en su casa, con el teléfono simplemente tomando la imagen el código QR le va a salir en la pantalla la posibilidad de contestar el resultado y lo manda a la farmacia».