Lo sugirió el sacerdote Dante Bernacky al resaltar que echando mano al argumento de la violencia de género, las huestes de la Virgen del Cerro lograron que las personas que podían dirimir el escándalo deban abstenerse de intervenir.
Siguen las repercusiones por la carta en donde una ex Carmelita del Convento San Bernardo aseguraba que el control que María Livia y su marido ejercen sobre el convento incluían amenazas y maltratos. Ahora el que hizo público su posición fue Dante Bernacky, monseñor de la Parroquia de Nuestra Señora de Tránsito.
“Se usó la palabra mágica de la violencia de género y el Obispo, que es que quien puede solucionar esto, no puede acercarse. De modo que, hasta en la misma la procesión de Corpus tiene que medirse para no pasar cerca del convento”, ironizó el vicario por FM Aries. En el mismo marco, recordó que cuando el año pasado el arzobispo Cargnello pidió a la Santa Sede una visita canónica para el Convento de San Bernardo, la labor estuvo a cargo de otro de los denunciados por las carmelitas: monseñor Martín de Elizalde.
“Un hombre que vino a tratar de solucionar y también lo denunciaron. Entonces, uno se pregunta que quieren”, exclamó y agregó, “a título personal, pienso que debería intervenir Roma”, descargó.