lunes 13 de mayo de 2024
8.1 C
Salta

Sáenz presente | Durand habló de la herencia de Bettina y del desafío de poner de pie a la Ciudad de Salta

Con la presencia del gobernador, el nuevo intendente asumió el cargo y anunció el fin del despilfarro de la gestión anterior. Prometió que irá de los barrios al centro y anticipó respuestas prácticas para los problemas existentes.

Emiliano Durand juró como intendente. Lo hizo con el aura con la que llegó al cargo: la de un buen muchacho, de barrio, que habla como el común de la gente, a diferencia de los políticos cuyos prestigios se derriten. Su discurso estuvo atravesado por esa impronta: el agradecimiento a su familia, a la gente que creyó que “una persona que no viene de la política puede conducir los destinos de esta gran ciudad”. Durand aseguró que el cargo no lo va a cambiar porque seguirá involucrándose de manera personal en la solución de los problemas, y se dirigió a Gustavo Sáenz casi como un amigo al que le agradeció haber incorporándolo al proyecto provincial. “Sepan todos que voy a trabajar junto a Gustavo. La ciudad y la provincia vuelven a ser parte de un mismo proyecto”, resaltó, para distinguirse de su antecesora, Bettina Romero.

A esta última le dedicó varios párrafos de su discurso. En lo central dijo algo contundente: no hay que dejar atrás de manera gradual el tiempo de Bettina Romero en el municipio; hay que pasarlo de forma abrupta. Del frío glacial al calor del trópico. “Hoy arranca un nuevo tiempo, donde las prioridades estarán puestas en resolver los problemas concretos de cada salteño. Los convoco a poner la ciudad de Salta de pie”, enfatizó.

Fue entonces cuando narró el estado de la municipalidad que ahora deberá administrar sin contar todavía, según aseguró, con la información suficiente para tener un diagnóstico preciso de la situación. Habló de yerros en materia económica, de recursos que no se destinaron allí donde se necesitaban, y dijo que ello explicaba su propio triunfo en las elecciones de mayo pasado: un triunfo que expresaba el anhelo de cambio de rumbo. Habló de cómo los resultados le indicaron que el futuro le demandaba cambiar prioridades y ser austeros con el uso de los recursos.

Luego enumeró la “pesada” herencia: una deuda de más de cinco mil millones de pesos. Habló de una pésima administración que le costó a los capitalinos 200 millones de pesos sólo en intereses por descubiertos durante los últimos cinco meses; obras paralizadas o a medio hacer; otras que ya fueron pagadas sin ser terminadas; una Plaza 9 de Julio que costará a los vecinos 400 millones de pesos. “Ese despilfarro de recursos termina hoy”, sentenció.

Ejemplificó también las consecuencias del “despilfarro”: barrios sin infraestructura básica que deben remediarse; deterioro de las calles producto de errarle con las prioridades; mala ejecución de política; gastos innecesarios en reparaciones inocuas que desembocaron en problemas urbanos y caos vehicular. A ello le siguió una advertencia: la de informar en las próximas semanas datos que den cuenta del desaguisado para que los responsables del mismo rindan cuentas de sus responsabilidades.

Al diagnóstico le siguió el compromiso. Un Ejecutivo Municipal que fije metas claras, asegurar que las mismas requieren un desafío que lejos de intimidar lo motivan y que se traducirán en prioridades de gestión: reducción de la estructura política; gestión sin privilegios para la política, transparentar cada peso invertido. “En este punto quiero ser claro: nuestra prioridad serán los barrios. Lo dije en campaña y lo repito ahora: vamos a ir desde los barrios hacia el centro”, prometió, para luego agregar que los trabajadores municipales tendrán un rol clave y que por ello implementará la carrera administrativa con su estructura de cargos.

Hacer de la ciudad un modelo sencillo y ágil que achique los tiempos de la burocracia, que unifique criterios y procedimientos, que avance en un Sistema Electrónico de Contrataciones, que promueva la participación ciudadana y simplifique los trámites tributarios por internet fueron otros puntos comprometidos para luego ratificar una propuesta de campaña: “Dar marcha atrás con la recategorización de 95 barrios, que solo sirvió para perjudicar a los vecinos que menos servicios tienen”. Vecinos que, indicó, ahora están pagando más impuestos.

Tras habar de la necesidad de resolver urgencias como reparar las calles molestando lo menos posible al vecino, dijo que es prioritario ordenar el caos en el centro y las principales avenidas de la ciudad para resguardar el uso del tiempo de los vecinos a partir de la jerarquización del transporte público, modernizar los trámites de las licencias de Conducir, promover la educación en normas viales para reducir los índices de siniestralidad; Durand se refirió a uno de los aspectos centrales de la gestión municipal en la ciudad de Salta: avanzar en los hechos y sin propaganda inocua en la separación de residuos real. “Exigiremos a la empresa una gestión de residuos integral, buscando el aprovechamiento energético y la economía circular de los mismos”, prometió, para luego comprometerse con desarrollar una infraestructura de alumbrado público que garantice seguridad a todos los barrios y recuperar plazas barriales que se conviertan en lugares limpios, iluminados y seguros.

“Para estos grandes objetivos conformamos un equipo de hombres y mujeres que provienen de distintos ámbitos. Muchos del ámbito privado y muchos con experiencia en el sector público. Quiero agradecerles por ser parte de este equipo y haber aceptado este desafío” enfatizó. “Ya esperaron cuatro años, es difícil pedirles paciencia. Vamos a empezar por los que la están pasando peor, por los que se embarran los pies cuando salen de sus casas a tomar el colectivo, por los que caminan con miedo por calles oscuras, por los que no tienen donde llevar a sus hijos a jugar, por los que no tienen horario de regreso porque el caos del tránsito les jugó una mala pasada”, fueron unas de las últimas palabras del nuevo intendente de la ciudad.

Archivos

Otras noticias