Un artículo* informativo publicado en agosto de 2021 analiza datos públicos en relación con las curvas de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, y lo acontecido en casi el primer semestre de vacunación.
A esta altura de la pandemia COVID-19 los datos están disponibles, salvo para quienes no los quieren ver en función de conveniencias o decisiones que parecen alejadas del sustrato técnico – científico que este importante asunto envolvente de la vida de todos los ciudadanos del mundo requiere seguir.
El artículo mencionado comienza por enunciar uno de los criterios más importantes y sin embargo ausentes en la discusión -que tampoco existe- en el asunto de la vacunación: la evaluación del ratio beneficio/riesgo. Así es como se interesa en comparar la letalidad del SARS-CoV-2 con otras plagas para las cuales fueron concebidas vacunas gracias a la ciencia de ese entonces que permitieron erradicar enfermedades como la viruela -smallpox- con una letalidad del 30% y la rabia (de un 100% de letalidad, con la vacuna antirrábica raramente se producen muertes si hay una aplicación temprana antes de los síntomas), en los tiempos de Edward Jenner y Louis Pasteur respectivamente. En Francia, según menciona este artículo, la letalidad es sólo del 2% y la mortalidad fue alrededor del 0,09% en 2020. Otro dato interesante de la comparación es la tasa de mutación de los virus: para los poxvirus ésta es de 1,7 a 8,8 x 10^(-6) sustituciones de nucleótidos/sitio/año lo cual es 1.000 veces más lento que para el SARS-CoV-2, un dato importante a tener en cuenta para pronosticar en el tiempo la eficiencia de las vacunas para contrarrestar los virus.
La observación de las curvas de muertos del Reino Unido, Francia, Italia y Estados Unidos permite a los autores distinguir 3 situaciones diferentes que llevan a preguntarse sobre la validez de la vacunación masiva en la población: la curva de muertes en el Reino Unido fue casi nula con un nivel de vacunación completa (2 dosis) de sólo el 31,9% al 21 de Mayo 2021 (56,6% si se considera una o dos dosis), en las 4 semanas siguientes. En Francia, con vacunación completa cercana a un nivel del 14,1% correspondiente a sólo el sector de personas ancianas masivamente vacunadas, el número de muertes continuó a decrecer en esas 4 semanas. En Estados Unidos, con el 38,6% de la población vacunada con 2 dosis (48,8% con 1 o 2 dosis) la curva es una meseta en ese período de tiempo.
Varios elementos son considerados en el análisis. La vacunación en el Reino Unido y en Estados Unidos comenzó en Diciembre 2020. Hubo cierre de fronteras en el Reino Unido desde la Navidad 2020 (se dispuso una drástica cuarentena de 3 semanas si 2 tests PCR no eran negativos durante los primeros 10 días con un intervalo de 8 días, multa de 6.000 libras para cada ciudadano inglés que dejaba el país sin permiso). Por el contrario, Francia no cerró sus fronteras desde el inicio de la pandemia en Enero 2020, con lo cual en el verano 2020 variantes introducidas generaron varios rebotes epidémicos. La vacunación comenzó a un ritmo lento en fines de Febrero y principios de Marzo 2021, con lo cual al 8 de marzo sólo el 3% de la población estaba vacunada con 2 dosis, indicando el perfil de la curva de muertes que los rebotes eran débiles independientemente de la vacunación. Desde el 27 de Octubre 2020 Francia estuvo continuamente bajo confinamiento o toque de queda. Lo que la curva de muertes muestra es la instalación progresiva de la inmunidad colectiva mientras las variantes circulaban lentamente aún con el lockdown. Un dato interesante que se rescata en este artículo es la mención del caso de los 40.000 pacientes COVID-19 confirmados positivos en el Institut Hospitalier Universitaire Méditerranée Infection, que dirige el profesor Didier Raoult, de los cuales sólo 100 desarrollaron la enfermedad por una segunda vez (el 0,25%). Italia, un país con condiciones geográficas similares, con fronteras abiertas, presenta una situación similar. En el caso de Estados Unidos, país que mantuvo sus fronteras cerradas, con una gran parte de su población con alguna forma de sobrepeso (alrededor del 40%) con diabetes o presión alta derivadas, estas comorbilidades explican un impacto negativo en la curva de muertes, pero no la meseta, “a menos que la vacuna no tenga un efecto protector sobre ellos”.
Una cuestión que no sido considerada, según los autores, aunque de suma importancia para definir las políticas públicas sanitarias, es si la selección de nuevas variantes puede ser provocada cuando no es necesaria la vacunación exhaustiva o cuando ésta no protege totalmente a la población. El mecanismo de selección de variantes es bien conocido (escape inmunitario), sobre todo cuando se trata de virus con altas tasas de mutación como los de la influenza o los coronavirus. Las vacunas contra estos virus favorecen la aparición de nuevos mutantes que pueden propagarse más fácilmente puesto que no compiten con las cepas disminuidas por la vacuna. Grandes sectores de la población no expuestos al virus original, implican un vacío de inmunidad óptimo para que nuevas variantes se hagan dominantes.
Las mutaciones tienen lugar sobre todo en el dominio de enlace de la proteína Spike del SARS-CoV-2 al receptor ACE2, el cual es el target de las vacunas. La actividad observada en un paciente inmunosuprimido, recurrentemente enfermo, tratado con Remdesivir (que obstaculiza el funcionamiento de la polimerasa viral), así como el hecho de que variantes conocidas puedan ser seleccionadas artificialmente en laboratorio (ensayos in vitro resultaron en las mutaciones S477N, E484K y N501Y, entre las primeras seleccionadas, las más contagiosas, lo cual explica la evolución convergente de las variantes European 20E-EU1, British 501.V1, South African 501.V2 y Brazilian 501.V3), según citan los autores, les permiten afirmar que estas observaciones son hechos científicos probados que indican que el SARS-CoV-2 es sujeto a presión evolutiva adaptativa cuando se somete a tratamiento forzado o vacunas imperfectamente inmunizantes.
Los fabricantes de vacunas han admitido que éstas no previenen el desarrollo de la enfermedad ni el contagio, con lo cual no se evitan las variantes de escape en la vacunación contra el SARS-CoV-2.
Para responder al interrogante que plantea que las nuevas variantes del SARS-CoV-2 de escape inmunitario han sido originadas por los ensayos clínicos de vacunas iniciados en 2020, es necesario tomar en cuenta las observaciones ya citadas conjuntamente con la cronología de estos ensayos, de manera de relacionar la primera aparición de las variantes preocupantes en los países donde se realizaron ensayos a gran escala. Esta aparición ocurrió al final de los períodos de prueba de vacunas o poco después: Reino Unido variante B.1.1.7 (20 Setiembre 2020), Sudáfrica variante B.1.351 (8 Octubre 2020), Brasil variante P.1 (3 Noviembre 2020), India variante B.1.617.2 (10 Diciembre 2020), Estados Unidos variante B.1.427 (Julio 2020).
Posteriormente al tratamiento de la emergencia de cada una de estas variantes de preocupación -VOC Variant of Concern- en los países citados, los autores concluyen que “no está claro que las vacunas sean necesarias para detener la pandemia y no se puede descartar que los ensayos de vacunas puedan haber contribuido a la aparición de VOC (Reino Unido, Brasil, Sudáfrica, India) de escape inmunitario a la vacuna y de VOI Variantes de interés (por ejemplo en Rusia) debido a una inmunidad subóptima y una mayor presión sobre el virus”, con lo cual abogan para que se realicen investigaciones adicionales al respecto y para la divulgación completa de los datos resultantes de los ensayos de vacunas.
Este tipo de interrogantes deberían ser resueltos con antelación a toda discusión sobre la obligatoriedad de las vacunas, teniendo en cuenta la letalidad de la patología, la efectividad de las vacunas y la protección para contaminación y contagio (además de los efectos adversos graves, que deben ser limitados y debidamente evaluados).
Bibliografía y traducción de:
May vaccines select SARS-CoV-2 variants more readily escaping immunity – An analysis of public data
Sitio de interés:
COVID-19 Dashboard by CSSE at JHU
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