Si bien permanece cerrada, el tráfico de mercaderías entre ambos países no ha cesado por los pasos ilegales, uno de ellos a través del río.
Durante los últimos meses la frontera entre Argentina y Bolivia no ha cesado su actividad a pesar de que se halla formalmente cerrada. En el caso del paso Aguas Blancas – Bermejo, en tanto el cruce por las chalanas (embarcaciones habilitadas) no está en funcionamiento, la gente ha optado por hacer uso de los “gomones” en la mayoría de los casos para trasladar mercadería de un lado a otro.
Fuentes tarijeñas señalaron la preocupación por el incesante ingreso de productos alimenticios, bebidas alcohólicas, productos para el hogar, etc. que son vendidos en ferias de Tarija, donde la relación del cambio entre monedas favorece a los compradores bolivianos. En la frontera el 100 pesos argentinos equivalen a 5 bolivianos.
Según señalan medios de Aguas Blancas, el costo por persona para cruzar el río en gomón es de 500 pesos argentinos, es decir 25 bolivianos. Estas embarcaciones improvisadas trasladan por viaje hasta 20 personas junto a sus bultos. Al día decenas y hasta cientos de viajes se realizan, todo depende de la benevolencia del río, que durante el verano suele tener aguas embravecidas.
Es tal el número de personas que cruzan por este paso -al que se accede por una calle que casualmente está al lado de la terminal de buses- que días atrás desde Gendarmería “accionó contra trabajadores de frontera que traían mercaderías desde el lado boliviano. Hubo corridas y detonación de balas de goma que causaron lesiones no solo en los vecinos sino también a una concejal de esa localidad, Elizabeth Cazón, a quien una bala de goma le rozó el mentón”, señalaron medios de Orán.