La contracción del consumo masivo persiste en junio, con caídas interanuales significativas. Expertos del sector reclaman medidas urgentes para reactivar las ventas.
El panorama económico argentino sigue mostrando signos preocupantes, especialmente en el sector del consumo masivo. Según las últimas tendencias, junio no logró marcar el inicio de una recuperación en supermercados y la situación empeoró en los almacenes de barrio. Víctor Palpacelli, titular de la cámara FASA, reveló a BAE Negocios que la contracción del consumo continúa, registrando una caída interanual del 7,5% en unidades vendidas durante el sexto mes del año.
La crisis no solo se refleja en la disminución de las ventas, sino también en el incremento de los precios. Palpacelli señaló que los aumentos rondaron el 4% en junio, mientras que Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera (CGA), indicó que los incrementos oscilaron entre el 7% y 9%. Ambos representantes del sector coinciden en la necesidad de implementar medidas para dinamizar el consumo, como planes de financiamiento en cuotas, ante el creciente uso de tarjetas de crédito por parte de los consumidores.
La situación es aún más crítica en los comercios de proximidad. Savore expresó que en junio «el día 15 ya fue fin de mes» para muchos consumidores, superando la difícil situación experimentada en mayo. Además, manifestó su escepticismo sobre el impacto positivo que podría tener el cobro del medio aguinaldo en las ventas, ya que considera que estos ingresos extras serán destinados principalmente al pago de deudas acumuladas.
Los datos proporcionados por la consultora Focus Market confirman esta tendencia negativa, revelando un retroceso del 14,5% interanual en el consumo masivo y una caída del 3,1% respecto a abril. Damián Di Pace, director de la consultora, señaló que, si bien el consumo sigue en declive, la caída es menos pronunciada que en meses anteriores. Destacó que las paritarias comienzan a ser positivas frente a la variación de precios desde abril, y que el congelamiento de tarifas de servicios públicos y medicina prepaga en mayo brindó un leve alivio a los bolsillos de los argentinos.