La doctora en humanidades, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Salta, que se desempeña en la carrera de Ciencias de la Comunicación, pasó por el programa CUARTO OSCURO (FM La Cuerda 104.5). En el aire radial analizó las repercusiones de la pandemia, el incremento de la violencia y el auge de los discursos de odio.
Respecto a el auge de una llamada nueva derecha a nivel internacional, con casos como Bolsonaro y Trump, que en Argentina tienen su correlato en las figuras de Spert y más recientemente Milei, y teniendo en cuenta las estrategias que suele utilizar, Cebrelli señaló que el discurso de odio es una «herramienta política que se basa en la intolerancia». Y vinculada a esa idea mencionó a la «retórica del hartazgo», para expresar luego que la pandemia puso en relieve la desigualdad estructural, que en el caso de Argentina se ha visto agravada con «la impronta tan fuerte de los discursos de los modelos neoliberales y capitalistas que son individualistas y han provocado un estado de furia y frustración que se expresa en el odio y la violencia». A modo de ejemplo, recordó los dos casos más recientes y resonados en la prensa: la patota de rugbiers que atacó a un muchacho en una fiesta de Campo Quijano y lo dejaron hospitalizado; y el más reciente femicidio en la provincia, una adolescente degollada por su expareja.
Cebrelli señaló que en este contexto «los discursos no son inocentes; más cuando son mediáticos, coproducen la percepción de la realidad e inciden directamente en la construcción de las identidades». Luego comentó: «Hay una puja por el poder político y económico, por el poder real, de la cual los medios concentrados se hacen eco no inocentemente, porque forman parte, son co-poder». Además analizó las situaciones que llevaron a tanto las clases medias como bajas, populares, a estar a borde de un colapso constante. Algo que no se vivió con tal magnitud en las clases altas. Todo esto generó, en palabras de la entrevistada, «el momento ideal para que prensa un discurso que se basa en la intolerancia».
Posteriormente en la charla, la docente apuntó: «La furia contra quienes están en el poder ha sido mundial; pero el odio racial, de clase, forman parte del ADN de la nación argentina nunca lo hemos asumido como tal porque está naturalizado». En ese sentido recordó a las figuras de Sarmiento y su descripción del Facundo por un lado, y la denominada «conquista del desierto», a la que llamó un «genocidio contra la diferencia», en tanto fueron masacrados tanto gauchos como indios para poder traer a una gran masa de inmigrantes europeos bajo la idea de que así llegaba la «civilización».
El discurso de Milei
Una vez señalado el contexto de individualismo extremo, donde lo que importa soy «yo, mi placer, mi consumo aún a costa de la vida» Cebrelli comentó que Milei «es muy hábil» porque está recurriendo al resentimiento y a la necesidad de un chivo expiatorio que lo halla en la política, en culpar a los políticos. «Entonces recurre a una anti política que sabemos el algo muy politizador; seduce a los decepcionados, muertos de bronca, frustrados y frustradas. Ahí aparece la intolerancia, que si bien ya estaba en el imaginario, es una intolerancia contra quien no es yo. Puede ser intolerancia social, intolerancia racial, étnica, etaria, contra la migración, ideológica porque habla de los zurdos y que hay que exterminarlos y frente a eso [Milei] dice ‘yo vengo a liberarlos, a que se cumplan las libertades’, y ahí es donde el discurso de él es, usando un término de Bajtin, carnavalesco. Es un bufón y la potencia del discurso de la carnavalización es el discurso de la inversión; porque él en realidad lo que está haciendo es una inversión de valores, entonces promete libertad cuando si llegara al poder lo que tendríamos sería un gobierno donde las libertades individuales estarían amenazadas; promete igualdad cuando todo su discurso se basa en la construcción de la diferencia, la desigualdad y el odio contra ellas».