Según la agenda oficial del mandatario debía recibir un premio, luego reunirse con autoridades y empresarios checos. En un programa radial apuntó contra diputados opositores.
Desde Praga, capital de la República Checa, el presidente Javier Milei pone fin a su gira internacional que lo llevó por España, Alemania y ahora el país centroeuropeo. Este lunes, su agenda incluye encuentros con empresarios locales interesados en invertir en Argentina, una reunión con el primer ministro Petr Fiala y la recepción del Premio Anual del Instituto Liberal en el Palacio Žofín. El viaje culminará con una reunión con el presidente checo, Petr Pavel, y altos funcionarios del gobierno.
Mientras el mandatario suma kilómetros fuera del país, Argentina se enfrenta a una serie de desafíos críticos. En el Congreso, se prepara el terreno para darle una nueva oportunidad al tratamiento del proyecto de ley de bases y el paquete fiscal, iniciativas clave para la administración Milei.
La tensión política aumentó con las declaraciones del presidente, quien calificó de «diputados degenerados fiscales» a los legisladores que proponen modificaciones a la movilidad jubilatoria, acusándolos de intentos desestabilizadores.
En una entrevista radial durante la gira por Europa, Milei negó planes de impulsar una nueva devaluación, argumentando que el problema económico argentino es de competitividad y no monetario. También reafirmó el «compromiso de Argentina con Ucrania» y el «derecho de Israel a defenderse», alineándose con posiciones occidentales en conflictos internacionales.