A pesar de registrar un menor aumento mensual, el acumulado anual sigue siendo alarmante. Expertos advierten sobre la fragilidad de la mejora.
La economía argentina enfrenta una realidad compleja: aunque la inflación de mayo mostró una notable desaceleración, alcanzando un 4,2% -el menor incremento mensual desde inicios de 2022-, el acumulado en los primeros cinco meses del año ya se sitúa en un preocupante 71,9%. Este dato, revelado por el INDEC, pone de manifiesto la gravedad de la situación económica a pesar de la reciente mejora. La cifra interanual, que se ubica en un astronómico 276,4%, subraya la magnitud del impacto del gobierno de Javier Milei.
La desaceleración de mayo, que representó una caída de 4,6 puntos porcentuales respecto a abril, se atribuye en gran medida a la postergación de ciertos aumentos por parte del gobierno. Sin embargo, esta estrategia plantea interrogantes sobre su sostenibilidad a largo plazo. Sectores como Comunicación (8,2%), Educación (7,6%) y Bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%) lideraron los aumentos, mientras que Alimentos y bebidas no alcohólicas, crucial para el consumidor promedio, superó el promedio general con un 4,8%.
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró la desaceleración, destacando que la media móvil trimestral del IPC Nacional alcanzó su nivel más bajo desde julio de 2023. No obstante, economistas como Rocío Bisang advierten que esta mejora se debe en parte a decisiones temporales, como posponer aumentos en servicios esenciales y la reducción en el precio de las prepagas tras una sanción regulatoria.
El acumulado del 71,9% en menos de seis meses plantea serias preocupaciones sobre el poder adquisitivo de los argentinos y la estabilidad económica del país. Mientras el gobierno de Milei intenta capitalizar esta desaceleración como un éxito de sus políticas, la realidad del alto porcentaje acumulado sugiere que el camino hacia la estabilidad económica sigue siendo largo y desafiante. La administración deberá encontrar un delicado equilibrio entre mantener esta tendencia a la baja y abordar los problemas estructurales que siguen impulsando la inflación a niveles críticos.