La información que circula asegura que el niño se encuentra medicado y hasta el sábado permanecía internado en el IMAC. El caso fue confirmado por médicos del hospital Joaquín Castellanos, de aquella localidad.
Fue el Dr. David Montiel, desde Campo Santo, quien le confirmó a la prensa salteña que el menor estaba infectado con esta enfermedad. El caso se dio a conocer el lunes pasado. El niño asistía a clases en la escuela Antonino Fernández Cornejo, de la localidad vecina a Capital.
“El niño estaba muy irritable y se le practicó el protocolo de diagnóstico, se le hizo una punción lumbar y por laboratorio se detectó que presentaba un cuadro bacteriano pero no había aún nada confirmado. Recién el pasado jueves recibimos la confirmación de que se trataba de una meningitis bacteriana”, comentó Montiel a El Tribuno, y además aseguró que tras los análisis determinaron que “de una patología respiratoria hizo una complicación en las meninges”, confirmó el galeno que además explicitó que si bien se trataba de un caso bacteriano “el germen estaba identificado y el tratamiento realizado fue el adecuado, consideré que no era necesario realizar un bloqueo es decir no se va a medicar a los compañeritos, tampoco se hace necesario cerrar la escuela o realizar una fumigación, lo único que vamos a hacer como una actividad extra será controlar el carné de vacunación de los otros niños. Si falta alguna vacuna o tiene incompleto el esquema de vacunación”.
¿Qué es la meningitis bacteriana?
Como su nombre lo indica es una inflamación, causada por una bacteria, de aparición rápida en las capas de tejido que cubren el encéfalo y la médula espinal (meninges) y del espacio que contiene el líquido localizado entre las meninges (espacio subaracnoideo). El encéfalo y la médula espinal están recubiertos por tres capas de tejido denominadas meninges. El espacio subaracnoideo se localiza entre la capa media y la capa interna de las meninges, que recubren el encéfalo y la médula espinal. Este espacio contiene el líquido cefalorraquídeo, que fluye a través de las meninges, llena los espacios internos del encéfalo y actúa como amortiguador del mismo y de la médula espinal.
Una vez contraída la bacteria los niños mayores y los adultos desarrollan una rigidez de nuca que hace difícil o imposible bajar la barbilla hasta el pecho, por lo general acompañada de fiebre y dolor de cabeza. Los antibióticos suelen ser eficaces si se administran precozmente, y a menudo se utiliza dexametasona (un corticoesteroide) para reducir la inflamación del encéfalo.
La meningitis bacteriana es una urgencia médica y se debe tratar lo más pronto posible, antes de confirmar el diagnóstico, según recomiendan algunos expertos.