Habló en la prensa por primera vez. Dijo que se sintió abandonado por toda la Iglesia tras hacer la denuncia contra el ex obispo, que fue condenado a cuatro años y medio de prisión.
Uno de los ex seminaristas abusados por Gustavo Zanchetta habló por primera vez en los medios. Tras la sentencia contra el sacerdote a cuatro años y medio de prisión, el salteño se animó a dar su testimonio y relató las distintas manipulaciones a las que fue sometido. Además, aseguró que ya no confía en la Iglesia Católica por el abandono que sufrió tras realizar la denuncia.
«Estábamos muy manipulados, no llegábamos a entender la dimensión de todo lo que había hecho y cómo había comenzado su proceso, desde la más insignificante cosa hasta llegar a eso. No era fácil sacarlo, empujarlo», declaró.
El salteño, quien mantiene su identidad a resguardo, aseguró que durante su paso por el seminario de Orán, donde Zanchetta era obispo, hubo «malversación de fondos, de abuso de poder y abuso sexual».
«Yo quería ser cura, vivir una vida de celibato y entregarme a Dios. Y se rompió mi sueño», dijo. «Hoy dudo de la Iglesia y de la existencia de Dios. Llegué a un punto en que no sé si existe», agregó el denunciante. «Prefiero creer que no está a pensar que permitió todo esto», siguió.
En una entrevista con El Tribuno, el ex seminarista, que se trasladó de Orán a Salta, recordó que Zanchetta los manipulaba de muchas maneras. «Me decía ‘Yo soy tu nuevo papá, Dios me puso acá'», recordó.
Hoy, el denunciante no quiere estar en contacto con la Iglesia. «No me interesa nada que tenga que ver con ese entorno. También porque me sentí por la Iglesia, y lo digo especialmente por (el actual obispo de Orán) Luis Scozzina, abandonado. También por los sacerdotes de la diócesis. Yo estaba en los últimos años de teología y compartimos retiros, muchas cosas, y nadie se acercó a preguntarme cómo estaba. Acá en Salta, tampoco», dijo.
El salteño dijo que intentó trabajar en un colegio privado, dado que el título de profesor obtenido en el seminario no era válido para escuelas públicas.
«Cuando terminé, me di cuenta de que no tenía el aval, me tiré un lance y fui a un colegio privado, pensé que en nuestro entorno tal vez nos daban trabajo de algo. Me acuerdo clarito de que fui y la directora me dijo ‘¿vos sos el que denunciaste a Zanchetta, no?’. Ahí sentí que la sociedad me había tildado y estaba limitado. En un colegio privado que pertenece al obispado, me dijeron que llevara el currículum, que tenían horas libres y me las iban a dar. Nunca me llamaron. Después de que hice la denuncia se cerraron muchas puertas», expresó.
