Durante el debate en el Congreso, el socialista Ricardo Cuccovillo defendió el proyecto y recibió una ovación.
El jueves 15 de julio de 2010 a las 4.10 de la mañana, tras unas quince horas de debate, la Cámara de Senadores de la Nación aprobaba la Ley de Matrimonio Igualitario con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones.
En mayo de ese año, durante el debate en Diputados que dio media sanción al proyecto, el socialista Ricardo Cuccovillo había brindado un emotivo discurso en el que destacaba a su hijo homosexual y se ponía en el lugar de muchísimas personas que veían que no había razón para limitar derechos.
«La verdad es que quiero avanzar en mi condición de padre de un hijo gay, un hijo que entiendo que debe tener igualdad de derechos que el resto de mis hijos», decía Cuccovillo
«Tengo tres hijos: dos varones y una mujer. Uno de mis hijos varones es gay, un ser humano que yo considero que tiene igualdad de derechos y de sentimientos que el resto de mis hijos», agregaba. Y decía: «Este hijo mío tiene los mismos derechos que el resto de la sociedad. Seguramente habrá muchos hijos, hermanos y padres que están en su misma situación. Cuando nos turnamos para cuidar a mi nieto, mi hijo mayor no piensa que el que irá a cuidarlo en los días que tenemos asignados es un tío gay que puede contagiar o deformar al niño. La verdad es que no siento que piense así».
