jueves 28 de marzo de 2024
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Tuberculosis en Argentina y Salta | Entre la pobreza y la invisibilización del sistema sanitario

La tuberculosis en Argentina provoca más de 11 mil casos por año y 700 muertes. Salta es una de las seis jurisdicciones cuyas tasas de notificación están por encima de la media nacional.

“La tuberculosis todavía enferma y mata”, enfatiza un informe periodístico publicado por el diario Clarín que recuerda que la enfermedad a la que Hipócrates describió en la Antigua Grecia resiste al paso de los siglos: “en Argentina provoca más de 11 mil casos por año y 700 muertes. Las cifras venían cayendo desde 1980, pero la tendencia se invirtió desde 2013. Prevenible y curable, las razones de su supervivencia van más allá del aspecto biomédico; su dimensión social, su vínculo con las condiciones materiales de vida y con la vulnerabilidad la fortalecen” remarca la nota.

Las cifras corresponden a 2017 y fueron extraídas del 2° Boletín sobre Tuberculosis en la Argentina presentado éste año: 11.659 casos (entre nuevos, recaídas y anteriormente tratados). Pese a que hubo 99 reportes más que el año anterior, la tasa se mantuvo estable en 26,5 por 100.000 habitantes. Todas las provincias registraron casos, pero la distribución muestra marcadas diferencias, ya que seis jurisdicciones superaron el promedio nacional: Jujuy, Salta, Formosa, Buenos Aires, Chaco y Ciudad de Buenos Aires.

El patrón epidemiológico local encaja entonces en lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como tuberculosis (TBC) en grandes ciudades, “que se da donde hay gran concentración de gente empobrecida, hacinada, lo que favorece la transmisión de la enfermedad y que los casos sean más severos”. La urbanización acelerada en esas zonas, así como las barreras de acceso a la salud y la fragmentación de la atención son otras de las características que dibujan el perfil local.

La distribución por edades exhibe una realidad preocupante: la TBC afecta especialmente a poblaciones en edad productiva. El 18% de los casos se dan en menores de 20 años y la mitad de los casos nuevos (49,2%) son en personas de 20 a 44 años. Sistema inmune debilitado y contacto estrecho son condiciones que se hallan con frecuencia (aunque no exclusivamente) en los contextos más desfavorecidos; en los que la pobreza, el hacinamiento, el comer poco y mal son moneda corriente y configuran el escenario ideal para la diseminación del bacilo.

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