La falsa alarma fue anoticiada por la policía local luego de activar un protocolo de búsqueda. Era un cortometraje filmado por miembros de una iglesia.
El llamado de alerta tuvo lugar alrededor de las 22.00 del jueves. La denuncia telefónica al 911 aseguraba que una mujer había sido llevada a la fuerza dentro de un automóvil gris. Esto pasó en calles Araoz y Colón, en Tartagal.
Según informa la policía, una vez registrado el llamado “se implantó un plan candado activándose el protocolo de búsqueda en procura del vehículo”. El operativo se llevó adelante en las principales calles de la ciudad norteña, hasta que dieron con el automóvil.
La sorpresa fue que al tener contacto con los supuestos secuestradores, los policías se dieron con que se trataba de una ficción. Era una falsa alarma: el secuestro de la joven era parte de una escena que se filmaba para un cortometraje. Se supo luego que el rodaje estaba a cargo de un grupo de jóvenes pertenecientes a una iglesia de la ciudad.
El corto era para Pentecostés “con la temática orientada a problemáticas con Droga y Secuestro”, informa la prensa policial y para salvarse del papelón, culpan a los cineastas: “Los jóvenes omitieron dar aviso del trabajo que desarrollarían lo que generó que las personas que presenciaron la filmación creyeran que estaban ante un delito”.
