jueves 28 de marzo de 2024
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Tane Da Souza y la capa de ozono | “Recién en 2075 se alcanzarían valores similares a los de 1980”

En su habitual columna de los días miércoles en el programa Cuarto Oscuro (FM La Cuerda 104.5), el licenciado en física salteño ilustró el fenómeno, sus efectos y las formas de atenuarlos*.

Desde la década de los 80, cuando se produjo el descubrimiento del adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida (comúnmente llamado “agujero de ozono”), el estudio de las propiedades de esta sección de la atmósfera se profundizó considerablemente. Sobre todo, al tomar conciencia la comunidad científica y la sociedad en general de las drásticas consecuencias que tiene la reducción de la capa de ozono sobre la salud humana. La radiación ultravioleta (UV) proveniente del Sol es atenuada por la capa de ozono cuando atraviesa la atmósfera en su camino hacia la superficie terrestre. Al reducirse, esta capa disminuye la absorción de los rayos UV, aumentando la intensidad de esta radiación que llega a la superficie, con los consecuentes perjuicios para la salud.

La comunidad internacional también tomó nota de este problema y propuso distintos caminos para solucionarlo. En la Convención de Viena del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se firmó en 1985 el “Convenio de Viena para la protección de la Capa de Ozono”. Además, en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, donde se estableció cómo erradicar sustancias que provocan la disminución de dicha capa, como los conocidos CFC, presentes en aerosoles y líquidos refrigerantes.

La radiación solar que incide en la Tierra se compone de distintas longitudes de onda, desde las menos energéticas como la infrarroja, hasta las más energéticas como la UV, pasando por el espectro visible. Nuestra atmósfera nos protege, y mientras que el vapor de agua, por ejemplo, atenúa la infrarroja, el Ozono (tres moléculas de Oxígeno), atenúa la Ultravioleta.

Si bien la radiación UV es beneficiosa para la salud humana (producción de Vitamina D3, germicida), en grandes dosis y exposición prolongada es causal de cáncer de piel y cataratas, entre otras patologías, que se han visto incrementadas notablemente desde los años 70.

Para difundir y concientizar a la sociedad, la comunidad científica creó el Índice UV, que tabula la intensidad de la radiación UV en la tierra. Un IUV mayor a 5 se considera alto, y mayor a 11 extremo.

En verano, cuando la radiación UV es máxima, en nuestra provincia se encuentran valores extremos, con sus consecuentes implicancias en la salud. Por ejemplo, en Salta Capital, en enero pueden encontrarse valores cercanos a los 16, mientras que, en lugares de mayor altitud, como El Rosal, en Rosario de Lerma (3350msnm) pueden llegar a más de 17. En invierno, el riesgo para la salud es menor, ya que es normal encontrar valores de IUV rondando los 5 en Salta Capital, y 6 en El Rosal.

Volviendo al comienzo, y recordando la columna de la semana pasada, observemos la vital importancia de la generación y cumplimiento de acuerdos globales en cuestiones ambientales: El protocolo de Montreal es considerado el acuerdo ambiental internacional más exitoso, ya que ha logrado que los niveles de ozono en la atmósfera se estabilicen a mediados de los años 90, y empezaron a recuperarse en los 2000. De todas maneras, según las proyecciones actuales, recién en 2075 se alcanzarían valores de ozono similares a los que existían en 1980.

Para finalizar, en 2009 la NASA señaló que, si no se hubiera firmado el tratado de Montreal, para 2065 dos terceras partes de la capa habrían sido destruidas y el «agujero» de ozono sería permanente. La radiación ultravioleta hubiera aumentado seis veces. Apenas cinco minutos de exposición al Sol habría causado quemaduras a la piel. Los niveles de IUV durante el verano podrían llegar hasta 30. En 2030 habría dos millones adicionales de casos de cáncer de piel. Y, aunque los CFC no son considerados gases de efecto invernadero, la desaparición del ozono también hubiera tenido consecuencias climáticas al afectar los patrones de circulación atmosférica.

*Los datos e información de esta nota fueron extraídos principalmente de la Tesis de Licenciatura del autor de la columna

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