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Sandra Carral Garcin | COVID 19: El confinamiento (lockdown) no ofrece beneficios significativos, pero recorta derechos

Son numerosos los estudios de expertos que analizan los efectos del confinamiento general. Varios confirman lo infundado de la medida tomada en muchos países desde marzo 2020.

“Mientras pequeños beneficios no pueden ser excluidos, no encontramos beneficios significativos en el aumento de casos con las intervenciones no farmacéuticas más restrictivas (mrNPIs: more restrictive Non Pharmaceutical Interventions). Reducciones similares en el aumento de casos pueden ser logradas con intervenciones menos restrictivas”. (Conclusiones del artículo “Assessing mandatory stay-at-home and business closure effects on the spread of COVID-19”*)

Mucho se ha argumentado y ejecutado como medidas para el confinamiento general, practicadas de manera prolongada en el año 2020, desde la declaración del ASPO -Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio- en el país.

Al día de hoy, son numerosos los estudios de expertos que analizan los efectos del confinamiento general (mal llamado cuarentena, término aplicable al aislamiento de enfermos y no de sanos, en este caso entendiendo como enfermos aquéllos con la capacidad de contagiar una enfermedad en medio de una epidemia). Algunos de estos expertos, por ejemplo el profesor John Ioannidis, epidemiólogo y matemático de la Universidad de Stanford, ya advertían sobre lo infundado de estas medidas tomadas en muchos países. En varias publicaciones posteriores, el experto demuestra no haberse equivocado en sus dichos de marzo 2020**.

Centrándonos en el artículo* publicado en enero 2021, interesa rescatar la justificación inicial de tales NPIs -Non Pharmaceutical Interventions-, siendo las más restrictivas la permanencia obligatoria en el domicilio y el cierre de negocios (lockdowns), con el objetivo principal de “reducir la transmisión en la ausencia de opciones farmacéuticas con el fin de reducir muertes resultantes, enfermedades y sobrecarga del sistema de salud”. Luego de la presentación de la metodología aplicada, las dificultades abordadas y una discusión de los resultados, el estudio concluye que los numerosos daños provocados por la aplicación de mrNPIs exceden algunos beneficios, recomendando la aplicación de políticas de salud más estratégicas para reducir la transmisión de la COVID-19.

Como alternativa a modelos no empíricos (donde los efectos de las NPIs son más asumidos que evaluados, ver “The limits of estimating COVID-19 intervention effects using Bayesian models”, referencia citada en el artículo*) y empíricos (donde el problema es evaluar los beneficios de las NPIs sobre la proyección de datos anteriores a su aplicación, lo cual no tiene en cuenta que una epidemia varía con el tiempo, naturalmente o dependiendo de otros hechos no relacionados con las NPIs), que resultan en una alta reducción del número de reproducción Rt o en una gran reducción de la tasa de crecimiento de los casos respectivamente, los autores del estudio* proponen balancear las fortalezas de los análisis empíricos tomando en cuenta la dinámica epidémica subyacente. Para ello comparan la propagación de la epidemia en lugares donde las mrNPIs fueron implementadas con aquéllos donde hubo sólo lrNPIs -less restrictive Non Pharmaceutical Interventions-, aislando el rol de las mrNPIs neto de las lrNPIs y de la dinámica epidémica.

En el estudio*, se utilizan los casos de Suecia y Corea del Sur, para aislar los efectos de las mrNPIs en países donde se utilizaron mrNPIs y lrNPIs. En efecto, Suecia no implementó el confinamiento general (lockdown), sino lrNPIs promoviendo la distancia social, desalentando los viajes internacionales y locales y prohibiendo grandes eventos y reuniones. En Corea del Sur tampoco se implementaron mrNPIs, sino el testeo, la trazabilidad de contactos y el aislamiento sólo de casos positivos como de sus contactos cercanos.

Los países analizados en el estudio para considerar los efectos de las mrNPIs así aislados fueron: Inglaterra, Francia, Alemania, Irán, Italia, Países Bajos, España y Estados Unidos. El período considerado fue la primavera 2020 del hemisferio norte (correspondiente con el otoño del hemisferio sur). Los datos correspondientes fueron el número de casos diarios en regiones administrativas subnacionales de los países mencionados. Posteriormente, se modeló con esos datos para evaluar conclusiones a la escala de país.

Según los resultados de este estudio (en ninguno de los 8 países, y en ninguna de las 16 comparaciones realizadas -cada uno de estos 8 países contra Suecia y Corea del Sur según lo explicado previamente-, se observan beneficios significativos; y en 12 de las 16 comparaciones por el contrario, se observa aumento de los casos diarios con la implementación de las mrNPIs) se concluye que, no siendo demostrada la efectividad de las mrNPIs, es necesario priorizar los múltiples daños ocurridos en la salud, en la educación, en la economía, etc.

Este análisis y sus conclusiones deberían ser considerados por los decisores de las políticas públicas sanitarias ante la aparición de nuevas variantes epidémicas en nuestro país, obviamente atendiendo a los datos locales. Porque no estamos en la situación inicialmente descripta en 2020, pudiendo disponer, a esta altura, de muchos recursos y conocimiento científico y médico acumulado (por ejemplo, se sabe de la importancia de la atención médica temprana para evitar el pasaje a las fases graves de la COVID-19, que son los casos que justamente definen eventualmente la alta ocupación de camas y aumenta el número de casos fatales). Más allá de la aplicación de otras medidas sanitarias, continuar con el discurso de que no se sabe nada del SARS-CoV-2 ni de la COVID-19 a estas alturas de las circunstancias, pasado un año de pandemia, no puede ser de ninguna manera el discurso oficial, o por lo menos, un discurso razonable.

La única evidencia de las medidas altamente restrictivas de derechos fundamentales, es un retroceso absurdo en el siglo XXI, donde justamente la calidad de vida, el acceso para todos a las oportunidades para crecer, educarse, trabajar, curarse, o simplemente vivir, han sido quebrantados violentamente, con daños temporarios o permanentes según los casos.

A la ignorancia, hay que oponerle conocimiento y también humanidad.

Referencias:

* Assessing mandatory stay-at-home and business closure effects on the spread of COVID-19

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/eci.13484

** La advertencia de un académico y epidemiólogo de Stanford sobre el coronavirus: ¿un fiasco en ciernes?

https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/17/la-advertencia-de-un-academico-y-epidemiologo-de-stanford-sobre-el-coronavirus-un-fiasco-en-ciernes/

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