El objetivo estratégico es evitar que los distritos recurran a las cuasi monedas. La mitad del dinero comprometido será con aportes no reintegrables, el resto con créditos blandos.
El gobierno nacional auxiliará económicamente a las provincias para que puedan cubrir la menor recaudación impositiva por la caída de la actividad. Ese fue el acuerdo al que se llegó ayer en la videoconferencia entre el presidente Alberto Fernández y los gobernadores.
Del monto total de $ 120 mil millones, la mitad corresponde a la entrega de Aportes del Tesoro Nacional. A esa ayuda no reembolsable que el gobierno federal puede entregar a discreción, se añadirá una suma similar en créditos del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial, con tasas blandas y un plazo de devolución de tres años. Los criterios para la distribución y entrega de esos fondos serán definidos en forma conjunta entre el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, y las administraciones locales.
El riesgo que se quiere evitar desde la administración central es el resurgimiento de las cuasimonedas: son bonos que emiten los gobiernos locales para pagar sus deudas y que son al portador para agilizar su circulación en todo el territorio. El primer paso en esa dirección lo dio Córdoba al lanzar un título transferible por $ 9.000 millones para ponerse al día con proveedores y contratistas, tal como lo adelantó la web de Tiempo. Ese bono servirá para cancelar deudas tributarias y no tributarias con la administración provincial y podrá ser negociado entre privados.