Ahora quedaron imputados por este hecho que tuvo lugar el año pasado en barrio Norte Grande. También lesionaron a miembros de la familia del niño.
En lo que va del año, informamos de casi una veintena de casos en los que las denuncias por abusos policiales en Salta terminaron en imputaciones. Hay una constante en la mayoría de ellos: son perpetrados en barrios periféricos de la ciudad. Esta vez, el hecho que terminó con la imputación de un suboficial, un sargento y un cabo de la Policía de Salta, tuvo lugar en barrio Norte Grande, en febrero de 2020.
Según detalla la prensa del Ministerio Público Fiscal de Salta, el oficial subayudante Rómulo Segovia, el sargento Pablo Exequiel Toledo y el cabo Ignacio Zurita -todos con revista en la División Seguridad Urbana- circulaban en el móvil 1849 alrededor de las 18.30 del día 13 de febrero por las calles de la barriada antes citada.
Ahí, supuestamente, miembros de una familia consumían bebidas alcohólicas en la vereda de su casa. “Pese a que todos demostraron que no estaban bebiendo y mostraron sus DNI, los acusados efectuaron varios disparos con escopeta contra la familia, algunos de los cuales impactaron en dos integrantes, entre ellos, un niño de 9 años, que les provocaron lesiones que fueron advertidas por testigos”, señala el informe del MPFS.
Lo más aterrador es que la excusa posterior de los uniformados, para abrir fuego, apuntaba a que “fueron víctimas de un ataque con piedras, e incluso manifestaron que una mujer los amenazó con un machete”. Todo quedó registrado de manera falsa en un documento público “que desfiguró la verdad objetiva de lo acontecido”, señaló la a fiscala penal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke.
Segovia, Toledo y Zurita quedaron así imputados provisionalmente. Están acusados de dos delitos: falsedad ideológica y vejaciones calificadas, en concurso real y en calidad de coautores. Se espera que la causa, al igual de otras de similar tenor, sea pronto elevada a juicio.
