Invitaron a especialistas en la materia para que dieran una charla y expusieran su punto de vista. Confirmaron que las antenas utilizadas para telecomunicaciones son nocivas para la salud.
De la charla llevada adelante ayer, en el Hospital Oñativia, participaron, entre otros, Ignacio Casas Parera, jefe del Departamento de Neurología del Instituto de Oncología «Ángel H. Roffo» y docente de la Facultad de Medicina de la UBA; y María Alejandra González Roffo, médica especialista en neurología del mismo instituto y facultad.
Lo conversado, según podemos leer en la publicación de El Tribuno, dejó en claro que el uso de las antenas -y sobre todo el posicionamiento de las mismas en zonas urbanas– puede resultar más perjudicial que beneficioso para los humanos.
Por ejemplo González Roffo narró que tras realizar experimentos con roedores que fueron expuestos a la radiofrecuencia y a ondas electromagnéticas, con el tiempo desarrollaron tumores cerebrales, específicamente gliomas y también tumores derivados de células de Schwann.
La neuróloga comentó que si bien el cáncer está relacionado a varios factores, la exposición a estas ondas y radiaciones “sería un factor más que sumaría al riesgo de desarrollar patologías tumorales”. “Lo que nosotros buscamos más que nada es la prevención con respecto al uso de la radiofrecuencia teniendo en cuenta las antenas y también el uso de la telefonía móvil”, comentó la médica.
En cuanto a los campos electromágnéticos, Casas Parera señaló que tienen un impacto reconocible en la salud: afectan la espermatogenesis, la producción. Señaló el caso de parejas jóvenes que intentan tener hijos y no pueden. Esto es porque los campos electromagnéticos inciden “tanto en la producción de espermatozoides como la movilidad de los mismos”.
