Walter Mamaní deberá permanecer detenido. Está imputado por abuso de armas agravado y privación ilegítima de la libertad, entre otros delitos.
El caso del comisario Mamaní cobró notoriedad meses atrás. Este uniformado, junto a otros colegas, detuvieron a un joven sin razones. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad. La versión de los policías no se condecía con la realidad de lo sucedido.
Por este hecho, en julio pasado, a Mamaní le imputaron los delitos de abuso de armas agravado, privación ilegítima de la libertad, falsedad ideológica y vejaciones agravadas, con fines de venganza. Esto último debido a que el joven detenido era hijo de la dueña de un medio de comunicación en Apolinario Saravia a quien el comisario guardaba rencor por publicaciones contra el accionar policial.
Posteriormente el comisario Mamaní fue detenido, apartado de su cargo y actualmente permanece en la División Caballería de la Policía de Salta. Su defensa pidió a la justicia que le dieran prisión domiciliaria dada la situación de pandemia. La misma fue negada.
Desde el Juzgado de Garantías 1 del Distrito Judicial Sur, Circunscripción Anta, aseveraron que Mamaní no cursa una enfermedad de modo tal que su detención le impida recuperarse o tratar adecuadamente. El imputado tampoco padece una afección terminal. Además, no se vislumbra que presente alguna discapacidad y que su alojamiento en la División Caballería implique un trato indigno, inhumano o cruel.
El magistrado sostuvo que objetivamente pudo observarse que el sindicado no cumple con los requisitos establecidos por la normativa aplicable. Tampoco se observó que Mamaní haya sido expuesto, al estar privado de su libertad, a situaciones de hacinamiento, condiciones insalubres o degradantes. Por último, sostuvo que no puede escapar al presente análisis que al imputado se le atribuye la comisión de delitos de gravedad.
