viernes 29 de marzo de 2024
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Salta

Miguel Isa | “Tengo una idea de provincia y trabajo en un proyecto político que la lleve adelante”

No confirma candidatura pero habla sobre cómo desarrollar Salta, de la juventud millenial y de los que sufren adicciones, del rol de las mujeres, del debate sobre el aborto y cómo el macrismo salteño no hizo lo único bueno del PRO en Capital Federal: mejorar el transporte y potenciar espacios verdes. (Daniel Avalos)

Miguel Isa se mueve mucho, se esfuerza por no agraviar a nadie y no explicitar su candidatura a gobernador el año próximo. Esas dimensiones se expresaron en el proceso que concluyó con este encuentro en su domicilio particular. Y es que, aun cuando nunca dejó de atender los llamados y responder los mensajes de CUARTO que demandaban la entrevista, siempre se disculpaba aduciendo recorridas por los barrios o por el interior provincial. Cuando por fin apareció el hueco, se apresuró a informar que prefería no hablar de las figuras de otros espacios políticos; mientras a lo largo de la hora de charla jamás explicitó que será candidato a gobernador.

Miguel Isa tiene ese rasgo que en Argentina simplemente calificamos de “turco” y que, trasladado a la política, combina persistencia, astucia, negociación, misterio y hasta cierto hedonismo que se verbaliza con chistes y la risa fácil que le achinan los ojos. Sí parece estar seguro de ser un político que sabe promocionarse y va al encuentro de la prensa, de los vecinos que lo recuerdan bien y mal por sus doce años frente al municipio, de los dirigentes del interior y de las cámaras empresariales.

Pero sigue negándose a explicitar su candidatura, e insiste en el enunciado que Urtubey emplea a nivel nacional: “Estoy trabajando en un proyecto de provincia que tome lo mejor que se hizo en Salta en las últimas décadas para generar un proyecto que nos lleve al desarrollo y nos salve de los redentores que, en nombre del cambio, nos están condenando a la pobreza y que en Salta tiene sus representantes”.

CUARTO: – Todos los que aspiran a gobernar hablan de desarrollo, pero nunca dicen qué entienden por él y menos sobre cómo nos llevarán a él…  

Desarrollar es diversificar nuestra matriz productiva aprovechando los recursos que tenemos. El turismo es un buen ejemplo, porque la actividad se desarrolló por la combinación de nuestras bellezas naturales, la hospitalidad de la gente y un Estado que durante dos gestiones diferentes la impulsaron.

Distinto es el caso de la producción agropecuaria, que también tiene que ver con la riqueza de nuestro suelo pero debemos potenciarlo y diversificarlo. Lo primero para aumentar la producción y lo segundo para que esa producción no quede reducida a mandar el grano al puerto. Hay que manufacturarlo. Llenar los parques industriales que tenemos con fábricas que hagan aceite de soja, jugo de naranja o lo que sea. Esto es diversificar: generar nuevas actividades que generan nuevos trabajadores.

Si te vas al otro extremo de la provincia, en la Puna, hay que hacer lo mismo con el litio y el cobre. Allí las cosas se complican más porque hay legislación nacional, pero sí debemos acelerar la actividad porque genera empleo directo en el lugar, pero siendo la Puna un desierto, los que trabajen allí van a necesitar muchas cosas. Yo me imagino al Valle de Lerma produciendo verduras, frutas, mermeladas para la Puna.

Fíjate que al hablar de esto hablamos de tres puntos geográficos enormes de la provincia: Valles Calchaquíes con el turismo, Anta y el norte con agroindustria, la Puna con la minería. Si esos son nuestros polos de desarrollo, ello activa otras clásicas actividades que incluyen la obra pública y el comercio, que es la otra actividad que genera una enorme cantidad de empleo.

C: ¿Cómo se llega a eso siendo parte de un país en donde las inversiones no llegan y en donde el gobierno nacional suspende la obra pública?

Te aseguro que este gobierno nacional va a ser reemplazado no solo por uno peronista que optará por un modelo productivo, sino que además será encabezado por un salteño que se llama Juan Manuel Urtubey.

C: Eso parece más una apuesta que un plan. ¿Qué pasa si Urtubey no llega?

Llegará. Pero si no estás convencido te digo que este modelo nacional tiene fecha de vencimiento: el 10 de diciembre del 2019. Además, quienes pretendan gobernar una provincia saben que lo que ocurre en el todo influye en esta parte, pero deben saber más que cuando una provincia identifica sus propias posibilidades de desarrollo debe avanzar en esa dirección con impulso propio.  Yo trabajo en eso. La gente me conoce. Sabe que no me quedo quieto, que los problemas no me paralizan y sé todavía más por experiencia que por sabio, que el desarrollo del que hablamos sólo se queda en una linda idea si no conseguís la fuerza necesaria para hacerlo realidad. Por eso hablo con los vecinos, con dirigentes del interior, con los sectores productivos y hablaré con todos los sectores necesarios independientemente del color político.

C: No se enoje pero sigo pensando que más que un plan, lo que me dice se parece a hipótesis de trabajo. ¿Cómo llegarán las inversiones? ¿Cómo los seducirá para que vengan?

Van a venir porque las potencialidades de Salta son reales y porque el Estado debe seducirlos con grandes facilidades impositivas, por ejemplo. No me acompleja decirlo porque cuando todos tienen miedo a perder el trabajo, debemos combatir ese miedo generando las condiciones para crear empleo. Tenemos que recuperar la famosa cultura del trabajo; que un chico se levante y vea que su papá y mamá ya salieron a trabajar, que vuelven a la tarde o a la noche y deben organizarse para aprovechar al máximo los momentos que pasan juntos. Esos chicos entienden luego que la vida es trabajar, levantarse temprano y hacer las cosas responsablemente para poder organizar sus propias vidas. Entonces, entre la angustia de sentirme acusado de ser un “proempresario” y la satisfacción que pueda tener por incorporar esa cultura a miles de salteños, me quedo con esto último. Lo digo con convicción. No soy de los que se suben o bajan de una ola según las modas. Yo peleo por lo que creo.

A esa decisión política hay que acompañarla con gestión. Perón decía que un buen gobierno es el que diseña un plan y organiza el Estado para que los distintos organismos tengan la autonomía y capacidad para ejecutarlo. Eso también es algo para ofrecer al empresariado: un Estado ágil que no le complique la vida. Por eso hay que capacitar permanentemente a los empleados públicos, generar cuadros técnicos que sean creativos para solucionar los miles de problemas que surgen siempre. Estuve doce años al frente de una ciudad de más de 600.000 habitantes y sé que esos problemas surgen día a día. Para contar con esos trabajadores públicos hay que hacerle caso a lo que me dicen los vecinos cuando recorro los barrios o camino las calles: terminar con los ingresos al Estado por simple cuña política o familiar. Lo que precisamos son a los más capaces, a los más interesados en superarse, a los que poseen más vocación de servir. Todo eso hace que prestemos mucha atención a la juventud.

C: ¿Puede desarrollar esa idea?

Es simple. Vivimos momentos de permanentes cambios y los jóvenes están como hormonalmente mejor adaptados. En el Estado eso también ocurre. Todo se informatiza más, desde los trámites más complejos a los más sencillos requieren de trabajos en red y eso no va a detenerse. A los más grandes no sólo nos cuesta más adaptarnos a esos cambios sino que también tardamos más en encontrarle todas las potencialidades que nos dan esas herramientas. Pasa en la casa de cada uno y debemos admitir que quienes nos desburran son nuestros hijos, nuestros sobrinos y nuestros nietos.

En el Estado pasa lo mismo. Por lo general son los trabajadores más jóvenes quienes le sacan todo el jugo a esas herramientas nuevas e imprescindibles para la modernización del Estado. Fundamentalmente porque crecieron con esas herramientas y eso les da una ventaja con respecto a los que somos casi viejitos, pero bueno… la vida es así y es inútil oponerse a eso.

C: Reducir a la juventud a simple capacidad para manejar nuevas tecnologías es obviar que ese contacto con los cambios permanentes también las inclina a modificar las percepciones de la realidad que la clase política salteña se resiste a aceptar. La cuestión de las mujeres en general y del aborto en particular lo confirma.

Tengo claro que el debate por el proyecto involucró a la mayoría de los argentinos y que las posiciones enfrentaron a sectores de manera intensa. Pero lo cierto es que la lucha de las mujeres mostró que, aun siendo un problema de tan larga data, las formas como el Estado abordó el problema del aborto fracasaron y otras miradas se abren paso. Es momento de hacer un balance sabiendo que la votación en el Senado no cerró nada. Los que aspiren a un cargo electivo el próximo año lo comprobarán. No sólo serán consultados sobre eso, sino que les pedirán que expliquen porqué piensan lo que piensan y las respuestas influirán en el voto.

Además no es el único tema que las mujeres instalaron en la sociedad. El tema de paridad volverá a tener fuerza en estas elecciones y esa discusión solo refleja el peso que las mujeres tienen en la sociedad. Andá a un barrio y fíjate quiénes organizan los comedores, quiénes organizan los reclamos para mejorar cosas esenciales del barrio. Cada vez son más también las mujeres las que garantizan el sustento en la familia; y cada vez más se abren paso en la política. En el Concejo Deliberante de la ciudad son mayoría, en los Concejos Deliberantes del interior no son mayorías pero vienen incrementando su presencia, aunque no pasa lo mismo en diputados, senadores y los gabinetes ejecutivos.

Pero seamos justos y digamos que la ley de paridad que se aprobó en Salta antes que en la nación ayudó a esa mayor presencia y va a seguir emparejando la situación aunque es claro que la apertura debe acelerarse. No hay razones para oponerse a ello y aquellos que no lo desean deberían entender que no hay forma de oponerse a esos cambios. Sobre todo porque acá no hubo concesión de los hombres sino el empuje de las propias mujeres que no tienen pensando dejar de empujar.

C: Volvamos a la juventud porque, siendo cierto que ellos tienen internalizado el uso de las modernas tecnologías, también es cierto que un gran porcentaje padece exclusión y son estigmatizados como culpables de los hechos de inseguridad que a la vez se atribuye a las adicciones.

Hace falta ver cómo goberné la ciudad y mis declaraciones para confirmar que nunca adherí a ese tipo de planteos que buscan combatir la inseguridad a las patadas. También dije antes que mis principales preocupaciones son el trabajo y la inseguridad, pero allí donde algunos ven las causas de la inseguridad en los jóvenes yo veo las consecuencias de la falta de trabajo y la desigualdad. También entiendo que no podemos quedarnos sin hacer nada hasta que haya más trabajo. Pero sí preferiría que, en vez de mandarnos militares, Nación envíe más asistentes sociales a los barrios, más docentes a las escuelas, ayudar a revitalizar clubes de barrios, fundar escuelas de artes y oficios o de box.

No estoy inventando nada. Son cosas que hice en la ciudad mientras fui intendente y que incluyó becas estudiantiles. Y lo hice porque estoy convencido de que así también luchamos contra las adicciones. Nadie me la va a contar a mí. Tuve un hermano con problemas de adicciones y sé que es una enfermedad que le come la voluntad a los que la sufren y eso afecta a toda la familia. Por eso hay que luchar integralmente con ese flagelo.

Hay que garantizar desde el Estado tratamiento para quien la sufre, hay que luchar como lo hace la provincia contra aquellos que ofertan el producto que son los grandes narcos pero también los que garantizan el microtráfico. Esto último puede molestar a ciertos sectores progresistas que viven en barrios tranquilos, pero es un alivio en los barrios más humildes en donde los “transas” son una amenaza cotidiana. No es casual que otras provincias quieran imitar lo que Urtubey impulsó y que hoy tiene grandes resultados aunque podría ser más exitoso si Nación enviara la plata que debe a la provincia para la construcción de cárceles.

Pero a esos dos ejes – tratamiento y combate – hay que sumarle otro que tenga por objetivo que en el futuro menos chicos demanden drogas. En definitiva, hay que restarle mercado a los narcos y a los transas, y eso se resuelve luchando contra la precarización en la que viven los chicos, promoviendo deportes y los espacios en donde jueguen al futbol, al rugby, al hockey o lo que sea. Ya lo hice en la ciudad y hay que hacerlo más y en toda la provincia.

C: Pero curiosamente, uno de los principales reclamos de los vecinos al menos de la Capital es la falta de ese tipo de ámbitos y hasta de espacios verdes que puedan contener a los chicos.

Y no sólo eso. También se mantienen mal los pocos espacios que existen, sin olvidar otra queja permanente que me transmiten los vecinos de los barrios: hoy tardan más tiempo en llegar a su trabajo. Obvio que tiene que ver con el crecimiento, con la existencia de más autos y esas cosas, pero también habla de una ciudad no planificada, en donde las obras no se hacen a pesar de los anuncios y cuando se hacen terminan siendo un problema como pasó con el Corredor de la Fe.

En el municipio hablan de la herencia pero ellos saben bien que yo planificaba todo. Y lo saben porque todos los que están en la municipalidad trabajaban a mis órdenes. Ahora son macristas pero curiosamente no trabajan lo único que el macrismo puede presumir de bueno y que tiene que ver con la gestión de Macri en Capital Federal: mejoró el transporte público para que las personas tarden menos tiempo en llegar de un punto a otro de la ciudad y volcaron recursos para embellecer los parques y las plazas. Acá nada de eso se hace y hay que volver a hacerlo porque los salteños ya se han incorporado a esa cultura que busca disfrutar más de la naturaleza, de los espacios verdes, de lo recreativo y obviamente quiere tener más tiempo para estar con su familia, salir a correr, caminar o sentarse en un parque a leer un libro que ahora bajan a su celular por internet.

C: ¿Cómo ve a los otros candidatos que pretenden pelear la gobernación?

No voy a hablar de los que están en el otro espacio como Gustavo Sáenz o Alfredo Olmedo. En el espacio del peronismo ya han declarado sus intenciones gente a la que aprecio y valoro mucho como Javier David o Sergio Leavy. Son tipos con una historia atrás. Javier es un tipo ordenado, tiene experiencia; el “Oso” ha gobernado la segunda ciudad más grande de la provincia exitosamente y como yo, lo hizo tres veces en una ciudad que, como en Salta, los intendentes nunca terminaban sus mandatos. Son grandes personas y dirigentes. Pero bueno, también estoy yo. Todos suelen decir que siempre se han preparado para gobernar. Yo también puedo decirlo y asegurarte que siempre he estado listo y cuidando que nadie quiera dejarme afuera (risas).

C: Eso significa que va a ser candidato entonces…

No voy a satisfacer hoy tu ansiedad. Sí puedo asegurarte que tengo una idea clara de la provincia que necesitamos los salteños y que trabajo en un proyecto que sea capaz de hacer realidad lo que hoy es una idea.

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