miércoles 24 de abril de 2024
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Las “vidrieras vivas” y el mascotismo irresponsable en debate

En el día de hoy ingresó un proyecto en la Cámara de Diputados que pone en cuestión el mascotismo impulsivo e irresponsable que se fomenta desde el mercado.

El autor de la iniciativa, el diputado Arturo Borelli, comentó que estuvo en discusiones con sectores del proteccionismo para darle forma a esta iniciativa: “El problema de la tenencia irresponsable de mascotas tiene muchas aristas, uno de ellos es la compra-venta impulsiva, compulsiva y desinformada”, declaró Borelli, y a continuación explicó: “A nivel nacional existe la ley penal 14.346 que castiga los malos tratos y las provincias deben avanzar en normas complementarias.

Cada animal tiene un trato específico, no se trata de un objeto descartable en cualquier jaula. El vendedor y criador debe estar obligado a cumplir con estos requisitos y transmitir al comprador las condiciones de tenencia de la mascota”.

La ley plantea la obligatoriedad de tener a las mascotas en condiciones acordes a su especie, prohíbe su exposición en vidrieras para evitar el stress y las compras compulsivas y plantea la compra informada.

Borelli destacó: “La cuestión animal se impone como problemática social, en tanto la tenencia irresponsable genera muchos problemas de convivencia, de salubridad y gastos cada vez más grandes para el Estado. Esta ley pretende ser un aporte en este debate, empezando desde el ofrecimiento y adquisición”.

Sobre el hospital animal

Antes de finalizar, el diputado fue consultado sobre la inauguración del hospital de mascotas municipal, a lo que respondió: “Una iniciativa de peso. Lamentablemente, la dirección de zoonosis, el antecedente municipal más próximo, ha tenido muchos límites de financiamiento y organización, así que veremos cómo funciona el hospital. De todas formas, creo que el problema central para el Estado provincial y municipal sigue siendo el de la reproducción: tanto de los callejeros como de los criaderos. Se necesita no sólo un móvil de castraciones sino un plan por zona: si uno castra diez animales en un lado y 15 en otro, podrá mostrar que se está “en todos los barrios”, pero no se altera la población general.

Acentuarse en un lugar, registrar los castrados y los que faltan hasta abarcar toda la población de animales es la única forma de mover el amperímetro. Se necesita una gran inversión que rinda y no parche tras parche, que termina saliendo mucho más caro, con una población animal más grande que alimentar y sanar».

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