La frase pertenece a la activista de ese colectivo, Lara María Bertolini, quien hoy publico una nota titulada “Las muertes nuestras de cada día”. Piden la creación de una Unidad Fiscal Trans.
“En mis 49 años sufrí cuatro intentos de travesticidio. Llevo en el cuerpo las marcas de una bala y un cuchillazo”; así comienza el artículo de Bertolini publicado hoy en el diario Página 12 para visibilizar la grave situación por la que atraviesa ese colectivo en el país y para lo cual Bertolini apeló a relatar los intentos de homicidios que padeció.
“La primera fue en 1997, mientras ejercía la prostitución. Un tipo me siguió y presionándome la garganta con un cuchillo se metió en mi casa. Aquella noche tuve suerte (…) La última vez que alguien intentó matarme fue en enero de este año, una noche que había salido a pasear al perro en Parque Lezama. Un joven se acercó al grito de ´acá putos no queremos, rajá´ y la escena terminó conmigo en el piso con un botellazo en la cabeza (…) En la Universidad de Avellaneda, donde curso Derecho, tuve que pedir una perimetral ante un ´compañero´ que me amenazó con romperme la cabeza: no quería compartir el aula con alguien como yo (…) Tengo claro que si pude sobrevivir a tantas situaciones (…) es por los privilegios que otorga el activismo. Tengo suerte: pude estudiar, tengo un trabajo en el Ministerio Público Fiscal. Pero soy una excepción a la regla que dice que nuestro destino es ser exterminadas”, enfatizó la autora del escrito.
Bertolini aseguró en el escrito que en lo que va del 2019 se contabilizaron 32 femineidades travestis y mujeres transgénero muertas, sin contar las golpizas y violaciones correctivas contra los varones transgéneros. Los datos provienen de las mediciones que hacemos desde el propio activismo ante la ausencia de cifras suministradas por el Estado. Tras aconsejar a sus compañeras no recurrir a las comisarías cuando sufran golpizas para evitar las burlas, la activista aseguró que una parte de la solución al problema que sufren es “una Unidad Fiscal Trans, un espacio competente y específico dentro de Ministerio Público Fiscal, un área para crímenes ejecutados hacia personas transgéneros; o que exista como unidad exclusiva en una primera instancia como parte de la UFEM (Unidad Fiscal contra la Violencia hacia las Mujeres). Un espacio que eduque a los jueces y personal judicial para entender el trasvesticidio en su dimensión estructural”.
“La categorización impuesta por los organismos del Estado hace que se nos siga pensando siempre en el marco delincuencial”, denunció Bertolini quien aseguró que hoy la palabra “trans” más que “transgénero” remite a ser “transa”. “El odio es el germen que genera las acciones contra nuestras vidas: que nos roben es anecdótico, que nos acusen de narcos, también”, aseguró.
Finalmente aseguró que la Unidad Fiscal que propone debe sustentarse por las “Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en condición de Vulnerabilidad” (XIV Cumbre Judicial Iberoamericana Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008), que dicen: “Poca utilidad tiene que el Estado reconozca formalmente un derecho si su titular no puede acceder de forma efectiva al sistema de justicia para obtener la tutela de dicho derecho.” El artículo de Bertolini termina con la frase “Las personas trangénero no somos peligrosas, estamos en peligro”.
