viernes 19 de abril de 2024
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La falsa acusación a Ramón Carrillo | El mentor profesional de Miguel Ragone en los años 40 y 50

El sanitarista podría ilustrar un billete de 5 mil pesos y hubo quienes lo señalaron como simpatizante de Hitler. La DAIA limpió el nombre del santiagueño que fue crucial en la formación del ex gobernador salteño desaparecido por la dictadura.

En los últimos días, la figura del primer ministro de Salud de Juan Perón, el neurocirujano Ramón Carrillo, fue centro de la polémica: ni bien trascendió que su figura ilustraría un potencial billete de 5 mil pesos, la filial latinoamericana del Centro Wiesenthal instaló la versión de que era un admirador de Adolf Hilter, algo que la prensa hegemónica se encargó de amplificar.

La verdad transita por otros lados: la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) negó las acusaciones que embarraron la memoria del prolífico ministro de Perón entre 1946 y 1954 que fue un emblema de la política sanitaria que incluyó a los sectores populares. Un dato lo corrobora: en 8 años creó más de 230 hospitales, entre otros centros.

Hay otro dato que vincula particularmente a Carrillo con Salta: fue el mentor de Miguel Ragone, el médico que un 11 de marzo de 1973 accedió a la gobernación salteña con un programa popular que explica que un 11 de marzo, pero de 1976, fuera secuestrado por una patota policial que lo desapareció para siempre.

Todo había empezado en Tucumán donde Ragone nació un 25 de mayo de 1921 en el seno de una familia de inmigrantes napolitanos; siguió luego en Salta donde la familia se instaló en 1926; y se encaminó definitivamente cuando el joven Miguel partió a la ciudad de Buenos Aires para estudiar Medicina. Allí ejecutó una de sus muchas herejías: desoír el mandato de la academia que asegura que la legitimidad de la ciencia depende de la sapiencia de los científicos para mantenerse por fuera del terreno político. Ragone no siguió el mandato y puso la ciencia rápidamente al servicio de una política que iba en busca de los sectores más vulnerables.

Allí su vida se cruzó con la de Ramón Carrillo. En 1946, cuando Ragone aún era estudiante de la UBA, fue convocado por el primer ministro de Salud de Perón que fue también el primero en aplicar una política sanitaria nacional en general y volcada a las necesidades de los más vulnerables en particular. En 1948, Ragone se recibió de médico neurocirujano y Carrillo le ofreció la Subsecretaría de Salud nacional, segundo cargo en importancia de la cartera. Ragone desistió, aunque años después aceptó ser secretario privado del ministro, etapa que le serviría para comenzar a cimentar su experiencia dentro de la administración pública.

Ragone acompañó a Carrillo hasta 1954, tiempo en el que le propuso la construcción de un hospital neuropsiquiátrico en la provincia de Salta del que se volvería su primer director, hasta que el Golpe de Estado de 1955 – que derrocó a Perón – condenó al aislamiento profesional primero, a la resistencia política después y finalmente al juego político al interior del peronismo salteño. Carrillo murió un año después y la vida de Ragone empezó a virar por completo: además de ser el hijo de inmigrantes que se convirtió en “M´hijo el dotor” de la familia confirmando que la educación pública posibilitaba movilidad social ascendente; se convirtió en el hombre de pueblo que llegaba a la gobernación de una provincia siempre administrada por sectores a los que Ragone se opuso.

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