sábado 20 de abril de 2024
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La columna de Sandra Carral Garcín | COVID-19: La teoría del error, la política del terror y la realidad

Tras meses de confinamiento, todo lo vinculado a la pandemia se debate. Esta columna aportar datos para propiciar el acercamiento a la realidad y no permanecer en la sugestión de modelos predictivos y proyectivos alejados de la misma.

En la actual crisis sanitaria por la COVID-19, luego de casi 7 meses de ASPO -Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio- en nuestro país, conviene aportar los criterios de expertos allende nuestras fronteras. En particular, porque se trata de una experiencia que en otros países en contraestación, se viene afrontando por adelantado en tiempos y criterios que bien podrían servir aquí.

La pandemia sigue marcando el ritmo de días y meses, recortando el normal desenvolvimiento de las actividades cotidianas. Pero hay que tomar los recaudos, con tanto tiempo corrido, del buen obrar. Para el ciudadano común, la opinión surge según múltiples y personales criterios, pero para aquéllos que deciden los destinos de toda una población en todo su espectro de actividad, la decisión debiera ser dirigida por el conocimiento, puesto que, a estas alturas, ya se sabe qué funciona y qué no, salvo si se vive encerrado en una burbuja local virtual que no condice con la realidad en el mundo.

Comenzando por el concepto de lo que se conoce como Teoría del Error a nivel micro, o Teoría de los errores para ser precisos, cabe mencionar su relevancia en toda situación experimental porque siempre hay una diferencia entre el verdadero valor y el valor medido. Por ello, se trata de definir o limitar ese error con una cierta precisión, dado que siempre existirá. Sin llegar a detallar los tipos de errores y sus circunstancias, mencionamos la distinción entre errores sistemáticos (constantes a lo largo de todo el proceso de medida, que tienen un mismo signo positivo o negativo, es decir por exceso o por defecto) y errores accidentales (pequeñas variaciones en mediciones sucesivas realizadas por un mismo operador, que pueden ser positivos o negativos).

Aquí me refiero a estos conceptos simples, porque no hay que olvidar que las técnicas utilizadas para los tests de diagnóstico, generando los datos con los cuales se construyen las curvas de casos (infectados), tienen una cierta sensibilidad. Por ejemplo, en el caso de la técnica PCR -Reacción en Cadena de la Polimerasa-, siendo el Umbral del Ciclo -Cycle Threshold o CT- el valor que hace referencia al número de ciclos en un ensayo de RT -Real Time- PCR necesario para amplificar el ARN viral para alcanzar un nivel detectable, este valor de CT no está estandarizado por lo cual los resultados no serían comparables entre diferentes pruebas. Así como con mayor amplificación a la adecuada detecta falsos positivos, con menor amplificación a la adecuada hay falsos negativos.

La cuestión es que, a nivel macro, hay que analizar las curvas construidas con datos relevados durante tantos meses, en función también de diferentes técnicas para detectar virus (tests PCR -detectan ARN viral, muestra nasofaríngea-, tests Serológicos -detectan anticuerpos frente al virus, muestra de sangre-, y tests rápidos -pueden detectar la proteína de virus, muestra de sangre). Algo que en general no se informa, o no está importando en el análisis, y es un dato crucial, como lo están señalando muchos expertos en el tema. Allí tenemos un elemento de error que debiera ser minimizado, sobre todo teniendo en cuenta que a partir de esos datos, se van definiendo los parámetros con los cuales se tomarán medidas de confinamiento total o parcial, como va ocurriendo en nuestro país, donde el confinamiento sigue siendo considerado una medida de prevención. Al respecto, el encargado de la OMS -Organización Mundial de la Salud- para la pandemia en Europa, el doctor David Nabarro*, dijo que en esa organización no se aboga por los encierros como el principal control de este virus, puesto que hacen que la gente pobre sea más pobre, con lo cual se observa un cambio de postura en relación con otras recomendaciones. Esto ocurre días después de que más de 6.000 expertos de la comunidad científica firmaran la Declaración de Great Barrington**, justamente para frenar los confinamientos y sus efectos en los más vulnerables.

El profesor Jean-François Toussaint***, experto francés director del IRMS -Institut de Recherche Biomédicale et d’Epidémiologie du Sport-, viene realizando con sus pares un excelente trabajo de seguimiento y análisis de datos (oficialmente anunciados) de la pandemia a nivel mundial, y en particular, de su país, Francia.

En ese análisis incluye la dificultad para interpretar un resultado de testeo positivo (aún tratándose sólo de tests PCR). Un discurso totalmente ausente de lo que habitualmente escuchamos en los medios masivos de comunicación. De allí la intención de esta columna, de aportar estos datos para propiciar el acercamiento a la realidad, en lugar de permanecer en la sugestión de modelos predictivos y proyectivos alejados de la misma, siendo los más difundidos mundialmente, fundamentados en criterios algorítmicos y matemáticos incorrectos, según las palabras del profesor Toussaint.

Al respecto, el experto expresa que con los tests PCR se detecta la presencia de un fragmento de ARN (ácido ribonucleico) viral, “es decir, ni siquiera la presencia del virus”. Y en el caso de un resultado positivo, se mezclan sujetos curados, sujetos no contagiosos, sujetos asintomáticos, sujetos poco sintomáticos, sujetos enfermos y sujetos con casos severos, sin contar los falsos negativos, y los falsos positivos. Por lo tanto, establecer la verdadera cantidad de enfermos por Covid-19 en este conglomerado, resulta difícil para evaluar la existencia de una segunda ola de la epidemia, con lo cual se debe analizar datos más certeros como los casos graves (internaciones) y la mortalidad. Refiriéndose a la situación actual, el experto afirma que la llamada “segunda ola” de la pandemia en Francia no existe, puesto que los datos duros reflejan una situación mucho más leve que los picos alcanzados anteriormente, con una letalidad 40 veces menor (proporcionalmente) a la relevada en marzo 2020 (el experto justifica esto en la mutación natural que ocurre durante la propagación de la enfermedad, siendo éste un proceso que se estudia en la cadena de transmisión internacional o interregional). Cabe acotar, que hay un impacto de la mayor capacidad de testeo, con el consecuente aumento de casos positivos (los testeos se hacen de manera gratuita, siendo financiados por el sistema de seguridad social francés).

Así también, menciona el concepto de inmunidad colectiva, que según los estudios publicados, se obtendría cuando la tasa de positividad alcance los niveles de 40 a 45% de la población. En cuanto a la efectividad del confinamiento como medida útil para disminuir la propagación del virus, el profesor Toussaint afirma que “no ha habido ningún impacto final de la intensidad del confinamiento en la mortalidad”, siendo la propagación del virus en forma letal, al principio, en una población que aún no se había encontrado con el virus, y según la estructura de la población, dependiendo de la edad, enfermedades cardiovasculares y condiciones medioambientales. Las recomendaciones del médico confluyen con las de otros expertos, en cuanto a reforzar las defensas inmunitarias, desarrollar una actividad física, mantener la condición física, no tener sobrepeso, no ser sedentario, mantener la fortaleza psicológica (difícil en situación de confinamiento por las múltiples dificultades asociadas en otros órdenes como el económico y social), mantener los gestos barrera y medidas de higiene como el lavado de manos y la ventilación. El sistema de salud debe, asimismo, estar preparado para hacerse cargo de los pacientes.

Estas consideraciones, con el avance temporal por contraestacionalidad, pueden aportar otra dimensión a ciertas medidas sanitarias aplicadas en nuestro país. Es oportuno asimismo, escuchar a los expertos del campo médico-científico, en lugar de seguir las instrucciones sesgadas de personalidades de otros  ámbitos, como suele ocurrir. No se trata de un virus informático en una computadora: es un agente biológico en un huésped biológico con un determinado contexto biológico (valga la redundancia), como señala el experto.

Para más información, ver:

* Vuelve la polémica: ¿Está la OMS contra el confinamiento?

https://www.dw.com/es/vuelve-la-pol%C3%A9mica-est%C3%A1-la-oms-contra-el-confinamiento/a-55251036

** Declaración de Great Barrington

La declaración de Great Barrington

*** COVID-19: Le professeur Jean-François Toussaint invité des « Incorrectibles ». Sud Radio (11/10/2020)

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