El Indec publicó un análisis comparativo entre el crecimiento del salario frente a la inflación interanual: más de 15 puntos de pérdida del poder de compra.
Los datos oficiales registraron un aumento salarial interanual en septiembre del 23,7%, mientras que la inflación se ubicó en un 40,5 por ciento en igual período. Al compás de la crisis cambiaria y los tarifazos, el poder adquisitivo se estanca cada vez más.
Según el Indec, el incremento de los sueldos en el sector privado rondaron un 25,3 por ciento en doce meses y los del sector privado un 23 por ciento. Por su parte, los ingresos de los trabajadores no registrados fueron los peores: una suba del 20,6 por ciento.
Atrás de las cifras que publicó ayer la entidad que se encarga de medir el impacto de las políticas económicas en la vida cotidiana, existen factores que son causas y consecuencias a la vez. El ajuste fiscal y monetario impulsado por el FMI conlleva el deterioro del mercado interno. La pérdida de salario y los despidos se ven reflejados en la caída del consumo privado, que es el principal componente del PBI.
La inflación en los precios es empujada por la corrida cambiaria, luego de que Cambiemos atara el dólar a los combustibles. En septiembre, el Indec registró una suba de 6,5%, la más alta desde la convertibilidad del 2002.
Si la medición se enfoca en los primeros nueve meses del año, a septiembre la suba de los precios osciló el 32,4 por ciento mientras que el Índice de Salarios registró un aumento de apenas 18,6 por ciento. De allí que las empresas locales transiten un panorama desolador y se vean obligadas a bajar las persianas.
