jueves 28 de marzo de 2024
26.3 C
Salta

Elecciones 2019 | Breve historia de vicepresidentes salteños efectivos y frustrados

Juan Manuel Urtubey quiere convertirse en vicepresidente de la nación y el intento amerita recuperar la nota con que el periodista Gonzalo Teruel examinó a los salteños que ocuparon o intentaron llegar al cargo.

José Evaristo Uriburu

El primero fue José Evaristo Uriburu (1831-1914) que acompañó a Luís Sáenz Peña en la fórmula del Partido Autonomista Nacional en 1892. Después de estudiar leyes en Chuquisaca (Bolivia) y doctorarse en la Universidad de Buenos Aires volvió a Salta donde fue diputado y convencional constituyente y, además, empresario periodístico como fundador del diario El Comercio. Años después ocupó un puesto en la embajada argentina en Bolivia pero regresó al país y luego de ejercer el cargo de ministro de Gobierno fue elegido diputado nacional.

Como presidente de la Cámara de Diputados mostró condiciones políticas y fue convocado por el gobierno de Bartolomé Mitre para ser ministro de Justicia e Instrucción Pública. También fue procurador del Tesoro de la Nación y juez Federal de Salta hasta que fue nombrado embajador en Bolivia dónde integró una misión de mediación sobre las consecuencias de la Guerra del Pacífico y fue árbitro entre Bolivia y Chile donde más tarde también cumplió tareas diplomáticas.

“En 1892, tras una complicada negociación entre Julio Argentino Roca y Bartolomé Mitre, fue nombrado candidato a la vicepresidencia, acompañando a Luis Sáenz Peña” indica Horacio Guido en su libro “Secuelas del unicato” y explica que la incapacidad del presidente para “resolver la complicada política de su tiempo que incluyó la revolución de 1893 lo llevó a la renuncia, por lo que Uriburu debió asumir la presidencia el 23 de enero de 1895”. En efecto, hasta el 12 de octubre de 1898 ejerció la primera magistratura y entregó el bastón de mando al tucumano Roca.

En su paso por la presidencia dejó algunas importantes obras públicas como el Museo Nacional de Bellas Artes, el primer edificio de la Facultad de Medicina de la UBA, la Escuela Industrial de la Nación hoy llamada Otto Krause, y el comienzo de las obras para la construcción del nuevo palacio del Congreso Nacional. Sofocadas las revoluciones radicales y las campañas contra los pueblos originarios del sur, Uriburu organizó las fuerzas militares bajo las hipótesis de conflictos bélicos con Chile y Brasil. Siendo senador para el período 1901-1910, ocupó interinamente y durante unos pocos días la presidencia en 1903. Un año después fue candidato a presidente pero lo derrotó Manuel Quintana.

El vice del Centenario

Victorino de la Plaza con la banda presidencial.

En 1910, otro salteño llegó a la vicepresidencia: Victorino de la Plaza (1840-1919). El abogado y militar nacido en Cachi acompañó a Roque Sáenz Peña en el binomio del Partido Autonomista Nacional. Su historia anterior es singular. Hizo la escuela primaria en una institución pública y junto a su hermano Rafael, que llegó a ser gobernador de Santiago del Estero, vendió diarios, jabones y empanadas hasta que fue becado por el gobierno de Justo José de Urquiza para cursar en el Colegio del Uruguay, Entre Ríos, dónde fue compañero de Julio Argentino Roca.

Ya en Buenos Aires y como estudiante de filosofía comenzó a trabajar en la Contaduría Nacional pero abandonó todo y se sumó a los batallones que participaron de la infame Guerra de la Triple Alianza siendo galardonado por el gobierno de Uruguay por su desempeño en los combates de Estero Bellaco y Tuyutí y ascendido al grado de capitán por el presidente Bartolomé Mitre.

Su promisoria carrera militar se frustró por problemas de salud pero de nuevo en Buenos Aires y como estudiante de abogacía fue apadrinado por Dalmacio Vélez Sarsfield y participó de la redacción del Código Civil. Después fue abogado de bancos y diplomático apostado en Londres donde, en 1890 y por encargo del presidente Carlos Pellegrini, renegoció la deuda externa del país.

Ya como vicepresidente debió reemplazar a Sáenz Peña que solicitó una licencia por enfermedad de la que nunca pudo volver. En su breve gobierno creó la Caja Nacional de Ahorro Postal, impulsó la sanción de las leyes de Accidentes de Trabajo y de Casas Baratas para empleados y obreros, y reglamentó la ley de voto universal secreto y obligatorio que posibilitó la llegada de los sectores populares al gobierno. Además, declaró la neutralidad argentina en la Primera Guerra Mundial.

A partir de fuentes poco precisas, la enciclopedia virtual Wikipedia rescata una anécdota de su paso por la presidencia. Estando la Casa Rosada en reparaciones recibió en su domicilio particular y con una comida al presidente de Brasil, Venceslau Brás, y al día siguiente llamó a su ama de llaves para entregar cheques personales para el pago a los proveedores. “Señora, falta la cuenta de los vinos” dijo de la Plaza a la mujer que le respondió que “como era una comida oficial, se trajeron los vinos de la bodega de la Casa de Gobierno”. La repuesta del salteño fue inapelable. “Señora, en mi casa el gobierno no paga los vinos. Vaya al almacén y reponga a la bodega las botellas que se consumieron”, espetó.

Sin hijos que lo hereden dejó dineros, libros y mapas a la UBA, a los hospitales de Salta y a la Biblioteca Pública de Cachi. Es considerado el último presidente del período conservador y, de hecho, entregó la banda presidencial a Hipólito Yrigoyen en medio de una ovación.

Caro, pero Figueroa

Armando Caro Figueroa en la década de los 90.

Desde la recuperación de la democracia en 1983 y sin suerte, otros salteños intentaron llegar a la vicepresidencia de la Nación. En 1999 Armando Caro Figueroa acompañó a Domingo Cavallo en la fórmula de “Acción por la Republica” pero con el 10% de los votos quedaron por detrás de Eduardo Duhalde y Ramón “Palito” Ortega y de los finalmente elegidos Fernando De la Rúa y Carlos “Chacho” Álvarez.

Antes, Caro Figueroa cubrió numerosos cargos públicos. En 1973 fue Fiscal de Estado de Salta y exiliado entre 1976 y 1983 fue asesor del sindicato español Unión General de Trabajadores. En el gobierno nacional de Raúl Alfonsín ocupó la subsecretaría y la secretaría de Trabajo y la secretaría de Desarrollo Regional. De nuevo en España fue asesor del gobierno de Felipe González y de vuelta en el país fue ministro de Trabajo y Seguridad Social de Carlos Menem. De la mano de Cavallo presidió la AFIP y fue vicejefe de Gabinete de la “Alianza”.

La sombra de Menem

En 2003, en tanto, Juan Carlos Romero y Ricardo Gómez Diez llevaron sus diferencias provinciales a la política nacional. El peronista secundó a Menem y el renovador a Ricardo López Murphy pero fueron derrotados por Néstor Kirchner y Daniel Scioli. En rigor de verdad, Menem y Romero por el “Frente por la Lealtad UCeDe” ganaron las elecciones con el 24% de los votos pero renunciaron al ballotage y cedieron el triunfo a Kirchner y Scioli que en nombre del “Frente para la Vitoria” sumaron el 22%.

Juan Carlos Romero había logrado más notoriedad nacional que el salteño Ricardo Gómez Diez. De hecho la revista “Veintitres” del 27 de febrero del 2003 le había dedicado una tapa con el colgado “El poder secreto de Juan Carlos Romero”; el título “La sombra de Menem” y el siguiente copete de tapa: “Maneja el dinero dela campaña. Fue amigo de Yabrán. Tiene una inmejorable relación con Bush. Acumula múltiples denuncias de corrupción y de enriquecimiento vertiginoso. Retrato del socio perfecto del expresidente”.

Cuando Menem se bajó del ballotage que permitió el ascenso de Néstor Kirchner, los emergentes kirchneristas acusaron al binomio Menem – Romero de ejercitar una maniobra política que pergeñada por los poderes fácticos del país tenía un doble y relacionado objetivo: privar a Kirchner del 70% con el que seguro se imponía en la segunda vuelta y, de esa manera, permitir que el nuevo presidente contara con poder político.

Ricardo Gómez Diez

Con respecto a Ricardo Gómez Diez – por entonces el principal referente del ahora agonizante y su candidatura a vicepresidente en el 2003 por el “Recrear” de Ricardo López Murphy, hay que decirse que quedaron cerca con 18%. Gómez Diez integró el gobierno de facto de Roberto Augusto Ulloa y después fue diputado provincial y vicegobernador del propio Ulloa entre 1991 y 1995. Desde ese año y hasta 2001 fue diputado nacional y desde entonces y hasta 2007 senador nacional. En el Senado ocupó la vicepresidencia segunda.

Gustavo Sáenz

En el 2015 fue el turno del actual intendente de la capital salteña. Como Urtubey ahora, buscó ese cargo en la fuerza que todos ubicaban como el tercer espacio: UNA (Unidos por una Nueva Alternativa). La postulación sorprendió a todos por la decisión de último momento de Sergio Massa, quien se decidió por el salteño horas antes del cierre de inscripción de candidaturas (21 de junio del 2015).

No fueron pocos los que apelaron a la tesis de que el tigrense carecía de una figura con peso específico propio en las ciudades metropolitanas y debió inclinarse por un Gustavo Sáenz que en las PASO provinciales de abril de ese año se impuso al candidato favorito de su frente (Guillermo Durand Cornejo), para luego imponerse con comodidad a un Javier David que buscaba el mismo cargo con el apoyo de Juan Manuel Urtubey.

En las elecciones generales de octubre de aquel año, UNA quedó en tercer lugar al cosechar 5.211.705 votos que representaron el 21,34% de los sufragios emitidos en el país. En Salta, por su parte, esa fórmula salió en segundo lugar con el 34,06%. De todos modos, en el total nacional UNA quedó por debajo del Frente para la Victoria que con la candidatura de Daniel Scioli alcanzó 9.002.242 votos que suponían el 36,86, seguido por el frente Cambiemos encabezado por Mauricio Macri que cosechó 8.382.610 que representó el 34,33%. Scioli y Macri definieron la presidencia en un balotaje en el que se impondría el actual presidente de los argentinos.

Otras noticias