sábado 20 de abril de 2024
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El médico del pueblo jujeño | Arédez, el intendente que quiso cobrar impuestos al ingenio Ledesma y fue desaparecido por la dictadura

El radical Luis Arédez fue secuestrado el 13 de mayo de 1977. Como jefe comunal de Ledesma buscó que el ingenio de los Blaquier respetara una ordenanza para el pago de tributos en 1973.

Hoy se cumplen 43 años de la desaparición del intendente que le quiso cobrar impuestos municipales, el radical Luis Arédez. Desde su pueblo, Libertador General San Martín, no consiguió que respetara una ordenanza para el pago de tributos en 1973 que le costaría la vida cuatro años después.

“El médico Arédez asumió su cargo al frente de la intendencia el 1° de junio del 73. El municipio le debía 32 millones de pesos a la Caja de Ahorros y distintos proovedores por la instalación de la red cloacal. Esa deuda que el dirigente de la UCR mencionó en su discurso de asunción era la más alta de la tesorería. Necesitaba fondos y por eso le reclamó a Ledesma que pagara impuestos en una nota del 27 de noviembre de 1973”, rememoró el periodista Gustavo Veira en una nota homenaje publicada el día del hoy en Página 12.

La compañía le respondió con una carta firmada por su administrador general de aquella época, el ingeniero Alberto Lemos, que entregaría un cheque por 200 mil pesos imputables “a cuenta de las obligaciones fiscales que se determinen conforme al ordenamiento jurídico que se halle vigente”. Además, se comprometía a desembolsar 100 mil pesos mensuales desde el 1° de enero de 1974 hasta agosto de ese año. En total un millón de pesos cuando Libertador General San Martín debía 32 millones solo por sus cloacas. La empresa le negaba a la intendencia la atribución de cobrarle impuestos o tasas ya que según la nota de Lemos sus pagos “no significaban de modo alguno dar cumplimiento a la notificación practicada por la Dirección de Rentas el 27 de noviembre último ni a la ordenanza impositiva y código tributario de esa Municipalidad”.

Ricardo Arédez, el menor de los hijos de Luis, recuerda que el conflicto entre Ledesma y el médico radical venía de antes: “El ingeniero Arrieta, el padre de Nelly, la esposa de Carlos Pedro Blaquier, le dijo a mi padre que ocasionaba muchos gastos para la empresa porque recetaba medicinas para saber el estado de salud de los niños. Fue así que lo echaron, pero como estaban en plena zafra, el sindicato de obreros hizo una huelga general y Arrieta se vio obligado a reincorporarlo hasta que terminara la cosecha de caña”.

Olga, la viuda del intendente y Madre de Plaza de Mayo que durante años dio vueltas en soledad a la plaza central de Ledesma, “siempre se interesó muchísimo en qué había pasado con el cobro de los impuestos que exigió mi padre. La vida hubiera sido otra en el pueblo si la empresa pagaba lo que correspondía”, agrega Ricardo.

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