Los datos oficiales confirman la recesión tras la caída en la facturación entre un 10 y 18 por ciento.
Los argentinos sufren la pérdida de valor de sus salarios y eso se ve en el consumo: la facturación de los supermercados cayó 10 por ciento en octubre y la de los shoppings registró un desplome de 18,6 por ciento. Es otro dato de la recesión que informó ayer el Indec.
El mal resultado del funcionamiento en el mercado interno es también consecuencia de la política monetaria del Banco Central que apuntó a secar la circulación de pesos para evitar la compra de dólares. Pero la jugada de emisión cero no surtió efectos ya que, tras la devaluación de la moneda, impactó en el consumo.
Anteriormente el Indec dio a conocer que durante el tercer trimestre el consumo privado, uno de los sectores que más aportan al Estado, cayó un 4 por ciento. Luego vino el traslado a precios de la inflación (que en octubre se ubicó en 5,4%) y con ello la contracción de las compras en supermercados y shoppings.
Desde el sector comercial no ven con buenos ojos una mejora en la actividad, aunque esperan que los programas de descuentos y promociones reactiven el consumo en el cierre de un año durísimo. Pero, dicen economistas como Alejandro Barrios, si la crisis en la producción, el empleo, la distribución y el consumo se profundiza, no habrá señales positivas en meses.
