El Presidente fue recibido con una ola de insultos y coronó la visita intentando bajar el tono a las inclemencias del tiempo.
Al menos 3500 personas evacuadas por las inundaciones en el litoral y norte argentino, pérdidas millonarias para los productores sojeros y agropecuarios y un claro malestar por la ausencia del gobierno. La situación que atraviesa el país es angustiante.
Sin embargo, Mauricio Macri lanzó polémicas declaraciones. “Tendremos que acostumbrarnos a que esto va a pasar en distintas zonas, en distintos lugares del país”, dijo ayer el Presidente desde la Casa de Gobierno de Chaco. Anteriormente había sido recibido con una ola de insultos por los vecinos de Barranqueras.
Las inclemencias del tiempo obligaron, por otro lado, a que Santa Fe declarase “zona de desastre agropecuario” y pidiera a Nación la intervención correspondiente. Y allí surgen críticas a la infraestructura por considerarse que no fueron realizadas con miras de prevención.
En Salta, por ejemplo, las inundaciones complicaron tanto al interior como a la Ciudad. La localidad de Apolinario Saravia, Anta, es un emblema de las consecuencias de la deforestación. Y la Capital es signo de que las obras realizadas no funcionaron.
“Nuestra infraestructura no alcanza para contener estas situaciones, en las que las lluvias son siempre superiores a todo lo conocido”, señaló Macri desde Chaco. Según el gobernador de esa provincia, Domingo Peppo, al menos 100.000 habitantes fueron afectados por las lluvias. De hecho, el pronóstico avizora que continuará cayendo agua.
