Así lo declaró el historiador salteño al recordar el bicentenario de su fallecimiento. Fue en el programa Cuarto Oscuro que se emite por la señal de FM La Cuerda (104.5).
En el marco de los homenajes que se le realizaran a uno de las figuras que ocupan un lugar privilegiado en el panteón de los próceres nacionales, el historiador salteño resaltó el carácter polifacético de ese intelectual al que la revolución obligo a convertirse en militar.
“Era una figura que tenía múltiples abordajes y miradas. Es más, creo que está excesivamente militarizado. Tal es así que lo recordamos como el General Belgrano, cargo al que llega por lo que represento su participación en la guerra de la independencia. De todos modos, no era ni su vocación ni su profesión y él mismo lo decía. Cuando formaba parte de la Primera Junta de Gobierno y se le encarga la campaña al Paraguay, aclara que no lo haría por una cuestión de vocación ni de capacidad militar sino más bien por una cuestión de solidaridad y por no escaparle a la responsabilidad. A partir de ahí se va formando la idea del Belgrano militar que en su desempeño en sí mismo quedó en una especie de empate”, remarcó el historiador. Hacía referencia al fracaso de la campaña al Paraguay; sus dos grandes victorias en Tucumán y Salta que permiten delimitar el territorio nacional tal como lo conocemos ahora; y luego dos derrotas rotundas en Vilcapugio y Ayohuma que representan la pérdida definitiva del Alto Perú como territorio que la revolución de Mayo anhelaba para el naciente país.
En ese sentido remarcó que un buen desafío para la historiografía actual es importante: “hay que desmilitarizar a Belgrano para resaltar sus otros componentes que fueron muchísimos y muy importantes. En su rol de economista, en su rol de fomentador de la educación. Y cuando digo lo primero remarco su mirada que tenía en relación a lo que representaba la industria a fines del XVIII y principios del siglo XIX, lo que muestra que ya estaba atento a lo que representaba la revolución industrial. Lamentablemente nos perdemos muchas cosas de él cuando lo reducimos a su lado militar y a un dato simbólico como el de haber sido el creador de la bandera. Por eso me gustaría que en este bicentenario de su muerte deberíamos pensar a Belgrano en toda su dimensión, cómo en un momento donde todo era incipiente y ni siquiera había seguridades sobre el rumbo de la propia revolución, él aportaba en todo lo relacionado a un modelo integral de nación”, destacó.
Para resaltar ese aspecto, Escotorín recordó la enorme formación intelectual de Belgrano. “Había estado en Europa en el periodo posterior a la Revolución Francesa y tanto es así, que el Papa de ese entonces lo autoriza a acceder a las “lecturas prohibidos”. ¿Cuáles eran estas lecturas? Lo iluministas de ese momento: Diderot, Montesquieu y otros que formatearían el pensamiento de occidente. Y por supuesto que eso lo va a trasladar al proyecto político republicano junto con su primo Castelli, junto con Mariano Moreno que fue el ala más radical de la revolución de mayo. Un proyecto que va a ser derrotado políticamente entre 1811 y 1812, pero que luego se retomará con otras formas por figuras como San Martín o Güemes”, recordó el historiador.
