Rubén Kotler, Licenciado en Historia por la Universidad de Tucumán y Doctor por la Universidad española de Salamanca, hablará sobre el “Quintazo” tucumano de 1972. Historiadores salteños harán lo propio con el “salteñazo” de mayo de 1969.
Rubén Kotler dialogó hoy con el programa CUARTO OSCURO que se emite por FM La Cuerda (104.5). Precisó que el evento virtual del próximo viernes 24 de junio a las 14:30 será abierto para todo el público, podrá seguirse a través de la cuenta de Facebook de la Red Latinoamericana de Historia Oral y que reunirá a distintos historiadores del país. “Todos analizaran los movimientos de rebelión popular ocurrido entre fines de los años 60 y principios del 70 del siglo XX y que se denomina el “ciclo de azos”: Cordobazo, Rosariazo, Salteñazo y los distintos Tucumanazos”. Entre los disertantes estarán dos historiadores salteños: Carlos Abrahan y Alejandra Soler.
Sobre la reunión virtual en sí, Kotler resaltó que “la idea va a ser reflexionar colectivamente sobre estos movimientos aprovechando que en estos días se están cumpliendo 50 años del denominado ´quintazo´. una insurrección del año 1972 en Tucumán. Fue el último capítulo dentro de la resistencia estudiantil contra la dictadura de Onganía, Levinston y Lanusse”, declaró Kotler. La insurrección debe el nombre a que se inició en la Quinta Agronómica de la UNT durante el gobierno del dictador Alejandro Agustín Lanusse. La pueblada se inició el 21 de junio de 1972 y se extendió durante una semana hasta el 27 de junio.
Puesto a opinar sobre cierto carácter rural de las insurrecciones tucumanas de los años 70 a diferencia de lo ocurrido en Córdoba, Salta o Rosario, donde el componente era más obrero – estudiantil, el historiador destacó las particularidades tucumanas en ese contexto de resistencia a la dictadura. “En Tucumán, ni bien se produjo el Golpe de Estado de Onganía –junio de 1966– cierran 16 fábricas azucareras y Tucumán vivía en ese momento de la producción del azúcar. Son los trabajadores azucareros quienes van a resistir. Tengamos en cuenta que Tucumán contaba en ese momento con 770 mil habitantes y un tercio de la población tiene que emigrar buscando trabajo en otros lugares. Al mismo tiempo se dio la intervención a las universidades de todo el país para procurar cerrar algunos lugares de expresión de los estudiantes, entre ellos los comedores universitarios. En Tucumán los comedores eran muy importantes para alumnos que provenían de provincias vecinas que no contaban con universidad como era el caso de Salta o de estudiantes que venían del interior de Tucumán. El cierre de los comedores implicaba para muchos el fin de la carrera universitaria”, contextualizó.
Sobre los vínculos entre esos movimientos y las organizaciones guerrilleras, el doctor en Historia remarcó que “estos movimientos obreros – estudiantiles se dieron a lo largo del mundo y algunas organizaciones que optaron por la vía armada tampoco eran un fenómeno exclusivamente argentino y respondían a hechos de violencia que se desataban desde las esferas del Estado. Justamente en junio de 1972 cae asesinado en Tucumán -en el marco de la lucha del Quintazo- un estudiante salteño: Víctor Villalba que nada tenía que ver con expresiones armadas. En las protestas de los ´tucumanazos´ primó la lucha de calles donde los estudiantes y obreros armaban barricadas, pero sin recurrir a la vida armada como método para enfrentar a la dictadura”, precisó.
Consultado por comunicadores de los medios de comunicación hegemónicos que catalogarían su lectura del periodo como una apología del terrorismo para atenuar las responsabilidades de los represores de aquella época, Kotler dijo que a esos divulgadores debe respondérsele con Historia. “Normalmente esas visiones se quedan en la anécdota – ´una acción de la guerrilla´ – y no en la estructura o en el fondo. Nuestro país vivió en el siglo XX seis Golpes de Estado. Entonces, ¿quiénes estuvieron subvirtiendo el orden durante el siglo XX? La subversión no estaba en quienes resistían los Golpes de Estado sino en quienes los promovían. Unos más violentos que otros. Recordemos el Golpe de 1930 que fue el primero, en contra de Hipólito Irigoyen y que implicó salas de torturas; el Golpe de 1955 implicó previamente el bombardeo a la Plaza de Mayo que supuso el asesinato de más de 300 personas que caminaban por Plaza de Mayo, nuestro Guernica; y así podríamos ir relatando casos. Parcializar la historia y contar la anécdota le sirve a esos medios hegemónicos para decir qué mal que estuvo la reacción de cierta izquierda que promovió la vía revolucionaria armada, pero no mencionan qué es lo que llevo a esa izquierda a tomas las armas, ni a remarcar que había izquierda que no elegía ese método”, sentenció.
