Una madre salteña de la Red de Familias y Padres Organizados por la Educación propone abrir el debate en torno a los protocolos sanitarios que restringen el día de clases de niñas, niños y adolescentes de la provincia. (Lic. Fátima Taruselli)
Allá por marzo de 2020 parecía razonable cerrar las escuelas de manera provisoria ante la amenaza de un virus desconocido. Sin embargo, la interrupción de las clases presenciales se extendió durante varios meses más. Recién en marzo de 2021, escuelas y colegios de gestión pública y privada de la provincia abrieron sus puertas sometidas a un estricto protocolo aprobado por el Consejo Federal de Educación.
Con el correr de los meses observamos que el porcentaje de contagio en las escuelas es bajísimo. Sobre el total de alumnos que concurren a los colegios y escuelas, solo se contagió el 0,16% según el Informe de Situación N° 5 del Consejo Federal de Educación. Además, se indicó que entre los docentes se infectó el 1,03% (Consejo Federal de Educación Anexo I Resolución N 386/2021. Observatorio del Regreso Presencial a las Aulas). Si a todo ello le sumamos que los establecimientos educativos se perfilan como detectores tempranos de casos, ¿por qué no se actualizan ciertos protocolos en Salta como se está realizando en otras provincias?
La solución sería ir realizando acciones dispuestas de forma paulatina para ir subsanando esta deuda con la educación y evitar la deserción escolar. Quienes proponemos esta iniciativa formamos parte de la Red de Familias y Padres Organizados por la Educación, un grupo de padres organizados en 22 provincias de nuestro país y que, desde septiembre del 2020, viene luchando por la vuelta a la presencialidad a las aulas.
Algunas de las propuestas de esta red son las siguientes: reducir las burbujas a una o mermar la existentes; como así también reducir el distanciamiento en las aulas a un metro. Debatir y aplicar estas medidas conforman las condiciones de posibilidad para devolver la alegría a niños, niñas y adolescentes que asisten pocas veces a las escuelas en un mes; al tiempo que garantizaría más y mejor aprendizaje.
Con la llegada de la primavera, las temperaturas más agradables, la ventilación cruzada más el alto porcentaje de docentes vacunados hasta ahora en nuestra provincia, suponen una combinación favorable para empezar a revisar los protocolos escolares. Conviene empezar a dar el debate. La post pandemia está cerca y la deuda con la educación es grande.