sábado 20 de abril de 2024
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Antropólogo salteño calificó al abordaje sobre el “chineo” de Santi Maratea como “banal” y “porteño” (VIDEO)

El influencer que promueve causas benéficas se mostró preocupado por la aberrante práctica del “chineo”, pero la describió de un modo que convierte en cómplices a las propias comunidades. Martín Yañez, perito en el caso “Juana”, salió a cruzarlo.

El influencer es bien intencionado. Nació en 1992 y comenzó a ser reconocido a través de Twitter y YouTube, aunque su fama se agigantó cuando comenzó a hacer contenido en Instagram e involucrarse en campañas solidarias: $100 millones para ayudar a combatir los incendios en la provincia de Corrientes; ayuda para atletas argentinos que querían viajar al Sudamericano de Ecuador; e incluso la donación de dos camionetas entre comunidades wichis, evento que terminó de manera accidentada y con los vehículos en manos de una sola persona: Omar Gutiérrez, quien según la versión del influencer, es su amigo y quiere estudiar abogacía para defender los reclamos de su comunidad.

Ahora Maratea volvió a referirse al norte salteño y sus dichos generaron polémica. Fue en el programa que Luis Novaresio conduce en LN+ al referirse al “chineo”, las aberrantes violaciones – a veces en grupo – que los criollos ejecutan sobre mujeres y niñas wichís. Lo hizo de un modo que sin desconocer lo terrible y criminal de la práctica, para algunos es polémica: “Es una práctica de violación en el norte donde criollos secuestran/compran, por ahí a cambio de una vaca o dos, una nena a una comunidad indígena después de su primera menstruación. La violan, la matan, la dejan tirada en la ruta, a veces la secuestran, la esclavizan o en algunos casos la devuelven, pero muy poco”, declaró el joven, que de ese modo involucró a los propios originarios como seres dispuestos a vender a sus mujeres y niñas como objeto sexual.

CUARTO le consultó a Martín Yañez – antropólogo, técnico de la Defensoría General de la provincia y perito en el caso “Juana” sobre el relato del influencer. “Por un lado me parece bien el reclamo a Novaresio [de Maratea] sobre temas que los medios de la televisión nacional no tratan temas como es el caso del chineo; pero por otro lado la forma de abordaje y cómo describe esta situación, Maratea no deja de caer en la posición banal, porteña y de espectacularización de lo aterrador, lo trágico y lo aberrante. Una práctica que -como tratamos de definirla en un recordado conversatorio del INADI el año pasado– debe procurar superar las categorías nativas y de los criollos cuando hablan del chineo. Hay que historizar la palabra y transformarla en concepto y explicar que esto es una práctica colonial, la del conquistador que domina al pueblo oprimido también a través del cuerpo de las mujeres y niñas de esas comunidades. Una práctica que la toma el hijo del conquistador – o sea los criollos – y se ha naturalizado tanto que se llega al chiste y a dispositivos que invisibilizan esta situación aberrante que se da en el chaco salteño y en medio del monte”.

Yañez celebró en ese punto la participación en el programa de Novaresio de la académica Alejandra Cebrelli que sin negar el relato de Maratea puso cierto rigor al análisis al retomar lo que él y la doctora Florencia Brizuela enfatizaron en aquel conversatorio: “Que el Estado argentino, que es hijo de la colonia, garantiza una mirada racista que invisibiliza ese tipo de fenómenos”, destacó, para luego agregar que es necesario “empezar a hablar con precisión y conceptualizarlo para superar justamente la voz nativa que utilizaban los criollos para decir que se iban a ´chinitear´. Hoy que se celebra el Día del Antropólogo, bueno sería recuperar los aportes de esa disciplina al respecto. No estamos ante una práctica ancestral, estamos ante una práctica colonial” sentenció.

También destacó el rol de parte aguas que tuvo el caso Juana –un chineo en noviembre del 2015 y por el cual 8 criollos fueron condenados a 17 años de prisión por la violación a la niña wichí de entonces 12 años– en el que oficio de perito. “Esa vez la Defensa Pública consiguió una sentencia ejemplar para esos 8 criollos. Allí pude problematizar el concepto como un crimen de odio por parte de criollos que se sienten con derecho a tener acceso al monte y a todo lo que allí habita incluidas las mujeres y niñas wichí a las cuales le otorgan una condición menor de humanidad o le niegan la condición humana”, destacó

Finalmente, el antropólogo informó que a raíz de ese caso y otros que se sucedieron en los últimos años “las mujeres originarias denuncian el chineo que es una violación en grupo que ofende a todo un pueblo, en este caso wichí. Una práctica que se da donde hay contacto entre pueblos occidentales y originarios porque ha pasado en otros lugares en donde hay otras etnias. Por eso hay que empezar a hablar de esto, pero hay que hacerlo con propiedad”, sentenció.

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