Se trata de un criterio de rotación habitual entre la izquierda nacional, aunque en este caso la banca quedó en la familia del diputado por el departamento de San Carlos, Eduardo Ramón Díaz.
Hubo un tiempo en donde el peronismo aseguraba que el encumbramiento de la juventud conduciría al reemplazo de los viejos burócratas y traidores revitalizando al movimiento. Al proceso lo denominaron “trasvasamiento generacional” y era propio de una certeza: la juventud constituía un valor en sí mismo. Hace décadas que nadie se acuerda de ello y los ejemplos sólo ocurren para mostrar que los más jóvenes pueden reemplazar a los más viejos solo para perpetuar lo mezquino.
Es el caso del diputado Eduardo Ramón Díaz quien ingresó a la legislatura tras las elecciones de noviembre del año 2019. Formaba parte del bloque Gustavo Sáenz Conducción y hoy se supo que su renuncia fue aceptada por el cuerpo legislativo. Lo que se sabía menos es que aquella vez fue secundada por su hija en la lista de candidatos y que ahora ésta asumirá como legisladora provincial hasta la finalización del mandato en noviembre del año 2023.
Según dijo Eduardo Ramón Díaz, él habría acordado con su propia hija que él ejercería como diputado dos años y ella lo reemplazaría en los dos subsiguientes. De esta manera llega la hija de Díaz a la Cámara Baja sin haber hecho ni siquiera campaña burlando la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas de San Carlos. Según el portal QPS, el ahora ex diputado también es investigado por supuestas irregularidades en la administración de una hostería municipal.
