sábado 20 de abril de 2024
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A 50 años del `68 (3º parte final) | Medellín, América Latina, la Iglesia tercermundista  y la Cultura

Entre los eventos excepcionales de 1968 se encuentra uno que forjará un vínculo diferente al que hasta entonces existía en América Latina entre la institución católica y el mundo cristiano: el Concilio Vaticano II. (Daniel Escotorin)

Se había desarrollado en Roma a principios de esa década y se cristalizaron cuando en la ciudad de Medellín (Colombia) se realizó la Conferencia Episcopal de América Latina bajo el auspicio y el apoyo directo del Vaticano bajo el mando de Pablo VI que sucedía a Juan XXIII, muerto en el transcurso del Concilio.

RENOVACIÓN es la palabra, el concepto que recorre los pasillos, los ámbitos, las mentes, los debates y la voluntad de los miembros de la Iglesia. Actualización a la luz de los fenómenos de un siglo XX convulsionado, violento y cada vez más abierto a las transformaciones y los cambios políticos, sociales y culturales.  Pero América latina está atravesada por una realidad lacerante: la pobreza estructural, la desigualdad secular la otra violencia.

Medellín es la cuna de la Teología de la Liberación, denominación que adoptará a partir de un trabajo del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez de 1969 (“Hacia una teología de la liberación”); la Iglesia Católica hace una denuncia abierta de las estructuras injustas y las desigualdades sociales, se esboza una nueva línea pastoral que se conoció como la opción preferencial por los pobres. En Medellín se materializa en forma oficial, pública y amplia en todo el continente lo que ya se venía trabajando en diversos sectores internos como una línea de compromiso con los sectores populares: los curas obreros, los tercermundistas, etc., en una nueva relación más directa y horizontal que eran las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), experiencia de reflexión evangélica comunitaria donde en un mismo espacio confluían sacerdotes, monjas, laicos, hombres y mujeres de la comunidad para ligar la Fe y el conocimiento bíblico con la realidad propia de cada lugar.

En 1967 se había formado en Argentina el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo (MSTM) y en mayo del ’68 realizarían su primer encuentro. Sacerdotes de diversas extracciones lo conformaron: Carlos Mugica, Ruben Dri, Miguel Ramondetti, Miguel Hesayne, Luis Farinello, José Luis Serra, Jorge Vernazza, Rafael Yacuzzi, Jorge Adur, entre otros y contaban con la adhesión de obispos como Enrique Angelelli de La Rioja, Alberto Devoto de Goya, Jerónimo Podestá de Avellaneda, Jaime de Nevares de Neuquén, Vicente Zazpe de Santa Fe. Esos nuevos espacios ponen en un mismo plano Fe y Política, acción y oración, compromiso social y Evangelio; el obispo de La Rioja Eduardo Angelelli, asesinado por la dictadura militar en 1976, lo definiría: “hay que estar con un oído en Evangelio y otro en el Pueblo”. Tenían sus propias problemáticas ya que tratándose de un movimiento argentino, el debate giraba en torno al peronismo. La mayoría adhería a este movimiento, algunos de forma crítica, otros más abiertamente. Pero en ese contexto de crisis y dictadura con Onganía en el poder el otro eje sería el de la lucha armada. Con la imagen fresca aun de la muerte de Ernesto “Che” Guevara el año anterior en su frustrado intento guerrillero en Bolivia pero con la épica de la revolución cubana y Vietnam entre otros ejemplos, el debate en torno a la legitimidad del uso de las armas cruzaría el espacio religioso; Yacuzzi y Adur se integrarían a posterior a Montoneros.

La teología de la Liberación tomaba elementos del materialismo histórico como base de análisis del Evangelio, aunque no todos adherían a esta perspectiva; era un Jesús histórico, en un contexto de dominación donde el Hijo de Dios era más que el Mesías espiritual, era parte de la lucha contra las opresiones de ese tiempo; es Jesús identificado con los pobres (sus discípulos) y enfrentado al Poder terrenal: los romanos y la élite religiosa judía. La salvación del alma va de la mano de la liberación terrenal y la construcción de un Hombre Nuevo; la comunidad cristiana tiene su espejo actualizado en la utopía del socialismo: la igualdad, la fraternidad, el prójimo. Nombres como Gustavo Gutierrez, Leonardo Boff, Helder Cámara, Leonidas Proaño serán referentes obligados en el debate y la práctica pastoral que consistía en una vinculación directa, una presencia permanente y un acompañamiento político con los sectores populares: en las favelas, las callampas, las villas miserías, las poblaciones o los cantegriles; junto a las comunidades campesinas, los aborígenes, los obreros y también los estudiantes. En torno a las parroquias las comunidades eclesiales de base reflexionaban sobre su realidad, sus necesidades, las causas de sus carencias y sufrimientos, y las formas de cambiar esa realidad. Medellín fue un punto de partida cuyos ecos se sentirían en los setenta en América del Sur y en los ochenta en América Central. Una nueva Iglesia parecía parir en consonancia con los sueños revolucionarios de entonces y la lista de mártires que caerían bajo las balas, las torturas y la represión en todo el continente serían innumerables, pero hasta hoy ese legado persiste, renace y se renueva en un continente donde las injusticias, la pobreza, la desigualdad sigue siendo ley.

América sueña

El 8 de octubre de 1967 cae en combate Ernesto Guevara en los montes bolivianos. El impacto moral fue muy alto, la pérdida inmensa fue rápidamente superada con el nacimiento del mito del Che, y contra las expectativas del imperio, de los poderes y sus voceros la imagen del Che se convirtió en el símbolo del valor revolucionario, del compromiso, del arrojo y la coherencia a que todo militante debía aspirar e imitar. Junto al Che también pervivía la imagen de Camilo Torres, el cura colombiano que optó por la lucha armada y cayendo en combate en 1966.

Estados Unidos sería conmovido por la sucesión de violencia interna y externa; a la secuencia de hechos en Vietnam y como consecuencia de la ofensiva del Tet, las fuerzas norteamericanas reaccionan con extrema crueldad, en marzo perpetran la matanza de My Lai. Una compañía del ejército asesinó a todo ese poblado, alrededor de medio millar: mujeres, niños, ancianos, jóvenes. Las mujeres habían sido violadas previamente pero no se encontró rastros de presencia vietcong. El hecho saldría a la luz recién al año siguiente y exaltaría aún más el espiritú antibélico en la sociedad norteamericana. En abril el líder pacifista Martin Luther King es asesinado y en noviembre, el senador y candidato presidencial Robert Kennedy hermano del también asesinado ex presidente John Fitzgerald Kennedy.

Masacre de My Lai.

El 3 de octubre un golpe de Estado en Perú instala en el poder al general Juan Velasco Alvarado. El nuevo gobierno toma un giro hacia la izquierda sorpresivo: nacionalizó la banca y los recursos mineros y petrolíferos, estatiza la industria pesquera recurso vital de la economía peruana y sobre todo lleva adelante una profunda reforma agraria que liquidó el latifundio y repartió tierras a las comunidades campesinas y a pequeños productores. Estableció una política de no alineamiento internacional y se acercó a la Unión Soviética. Si bien tomó medidas radicales de cambio a su vez implantó un sistema político de control de la organización y la movilización popular con fuerte injerencia del Estado. Unos días después será el turno de Panamá cuando el general Omar Torrijos depuso al presidente Arnulfo Arias. Impulsó cambios y reformas sociales, aunque bajo formas autoritarias y manteniendo el formato liberal en lo económico, tomó distancia de Estados Unidos y lograría los Tratados del Canal por el cual recuperaría la soberanía de dicha zona en el año 2000. Torrijos, de cercanía con Fidel Castro en los años posteriores, moriría en un extraño accidente aéreo en 1981.

Y Argentina otra vez

La dictadura transcurre entre una movilización opositora creciente, un plan económico impulsado por el ministro de Economía Adalbert Krieger Vasena bajo la denominación de racionalización que impulsa la inversión de capitales extranjeros, quita de subsidios a las pymes con las consecuentes quiebras y cierres de fábricas y empresas, la quita de derechos laborales con sindicalismo aquiescente de la mano de José Alonso y Augusto Vandor. La clase media sufre primero los efectos de la censura y el límite en la libertad de expresión ya periodística y artística, luego la pauperización social, resultado: la clase media se acerca a los sectores populares y la clase obrera; la clase media se peroniza, para horror de los sectores altos y dominantes.

Es setiembre, mientras se acerca la primavera en un mismo día acaecen dos hechos de distinta magnitud que conmueven al mundo político nacional. Es el día 19 cuando fallece en Buenos Aires John William Cooke, ex diputado nacional durante el gobierno de Perón, encarcelado tras el golpe del ’55 se fuga del penal de Ushuaia, primer delegado personal en la resistencia peronista, mantuvo una asidua correspondencia con el general en el exilio, luego es desplazado y se radica en Cuba, desde allí va a intentar persuadir a Perón de convertir al movimiento en una fuerza revolucionaria, que Cooke estaba convencido debía ser su destino dado que “el peronismo era el hecho maldito del país burgués”; caracterizaba al movimiento como “un gigante torpe, miope e invertebrado”. No logrará convencer a Perón y junto a su compañera Alicia Eguren (desaparecida en 1976) formarán la Acción Revolucionaria Peronista (ARP) que confluirá en esos años con los incipientes grupos de la Juventud Peronista y el peronismo revolucionario. Fumador empedernido, enfermo de cáncer murió ese 19 de setiembre.

John William Coke (derecha) junto a Juan Domingo Perón (izquierda).

Seguramente Cooke no llegó a enterarse ese mismo día que en una localidad de la provincia de Tucumán, Taco Ralo, había caído en manos de la policía provincial el incipiente y frustrado destacamento guerrillero de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Comandados por el mítico militante de la Juventud Peronista (JP) de principios de los sesenta Envar “cacho” El Kadre, junto a Amanda Peralta y otros trece militantes. El destacamento (denominado 17 de Octubre) cae de casualidad, ya que los policías creían que eran contrabandistas que para sorpresa de ellos además de las armas encuentran material gráfico político. Detenidos son llevados a la capital, torturados y trasladados a Buenos Aires. El intento de las FAP es un punto de llegada en el proceso de debate y acción política de los grupos peronistas que desde la resistencia luchaban por el retorno de Perón y contra las dictaduras sucesivas y los gobiernos que asumían con el peronismo proscripto. Las diversas variantes del peronismo revolucionario comienzan a definir sus estrategias: la vía insurreccional, la lucha armada, el basismo o el movimientismo; en varios casos una combinación de estas formas. Lo seguro es que Taco Ralo abrió la certeza de que los tiempos políticos en Argentina tomaban un nuevo camino y formas; en el lapso de dos años surgirían los principales grupos revolucionarios del país: peronistas, guevaristas, marxistas, maoístas. La crisis orgánica nacional entraba en su fase final y el desenlace sería para los sectores populares el más imprevisto, el peor de todos.

1968 fue un año bisagra dijimos; para algunos fue el cierre de una etapa o al menos el punto culminante de procesos políticos y sociales como Francia y Checoslovaquia, al igual que México y Estados Unidos. Para esta parte de la región en cambio fue un escalón en el ascenso de las luchas políticas; la certeza de un cambio irreversible y profundo; en ambos casos y en una escala global y con matices lo que subyacía era una ruptura de órdenes mentales y culturales.

¿Que se escuchaba, qué se leía, qué se veía?

CINE: “EL bebé de Rosmary” (Roman Polansky) – “2001 – Odisea del espacio” (Stanley Kubrick) – “El planeta de los simios” (Franklin Schaffner) – “Barbarella” (Roger Vadim) con Jane fonda – “Teorema” (Pier Paolo Pasolini) – “Los boinas verdes” con John Wayne – “Romeo y Julieta” (Franco Zefirelli) – “Yellow submarine” con Los Beatles – “La noche de los muertos vivientes” (George Romero) – “Las sandalias del pescador” con Anthony Quinn.

CINE ARGENTINO: “La Hora de los Hornos” (documental político dirigido por Fernando “pino” Solanas y Octavio Getino”) – “Martin Fierro” (Leopoldo Torres Nilson) – “Humo de marihuana” (Lucas Demare) – “Psexoanalisis” (Héctor Olivera) – “Carne” y “La mujer de mi padre” (Armando Bo) con Isabel Sarli – “Un muchacho como yo” con Palito Ortega.

MUSICA: Beatles: “Álbum Blanco” álbum doble que siguió a “Sargent Pepper bands club” con temas como “While My Guitar Gently Weeps”, “Helter Skelter”, “Revolution 9”, “Julia”.

Pink Floyd, “saucerful secret”, segundo disco y último con la presencia de su líder fundador Syd Barret, que deja la banda afectado por su adicción al LSD. Rolling Stones “Beggar’s banquet”; The Doors: “Waiting for the sun”; Jehtro Tull; “the was”; Deep Purple: “Shades of Deep Purple”, entre otros.

MUSICA ARGENTINA: “El extraño de pelo largo” La joven Guardia (grupo de Roque Narvaja) – “Tema de pototo” (Almendra”) – “Fuiste mia un verano” (Leonardo Favio) – “Una muchacha y una guitarra” (Sandro) – “Puerto Montt” (Los Iracundos) – “Juguemos en el mundo” (María Elena Walsh) con el tema “serenata para la tierra de uno” y en Chile Victor Jara con Quilapayun editaban “Canciones folkloricas de América”.

LIBROS: “62 – Modelo para armar” (Julio Cortázar) – “Mi planta de Naranja lima” (José Mauro de Vasconcelos) – “La traición de Rita Hayworth” (Manuel Puig) – “El vendedor mas grande del mundo” (Og Mandino) – “Quien mató a Rosendo” (RodolfoWalsh) – Muerte y resurrección de Facundo (Noé Jitrik) – “El libro de la Selva” (Rudyard Kipling) – “Opus Nigrum” (Marguerite Yourcenar) – “La vida del Che” historieta de Héctor Oesterheld. Y MAFALDA que había dejado de salir a fines de 1967 en el diario El Mundo reaparece en junio de 1968 en la revista Siete Dias, en ese interín había nacido Guille, el hermanito de Mafalda.

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